En su nueva columna, Luis Majul da un importante consejo a sus colegas: llegó el momento de hacer "un mejor periodismo", con fuentes fidedignas y datos comprobables. ¿Seguirá él mismo sus consejos en el futuro?
El impenitente Luis Majul no puede con su genio. No sólo descarta como inútiles las reglas básicas del periodismo, sino que ahora da consejos al resto de la prensa que, en la misma nota donde los da, ni él mismo sigue.
Veamos: en su columna de hoy en El Cronista, titulada "El mejor momento para hacer buen periodismo" (todo un enunciado), Luis arranca con una serie de especulaciones que él -y sólo él- da por ciertas, a saber:
"Existe, dentro del gobierno -dice-, la idea de que el aplastante triunfo de Cristina Fernández la transformará, a Ella y sus principales funcionarios, en los dueños de la verdad. Que a partir del lunes 15 de agosto, ninguna información, denuncia, crítica o investigación que haga el periodismo que no depende del Estado tendrá validez o la más mínima importancia. Que la cantidad de votos que obtuvo el Frente para la Victoria les da patente de corso para decir y hacer casi cualquier cosa. Que no se puede, ni siquiera, insinuar la existencia de irregularidades en la votación o el escrutinio, porque 'la paliza fue tan grande' que hacerlo implicaría no reconocer la supremacía y transformarse en un mal perdedor. Que debería prohibirse hablar de clientelismo y distribución de fondos del Estado para ganar la elección porque eso supondría el no reconocimiento de, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo o la distribución de computadoras a los niños y los adolescentes que las necesitan..." y así sucesivamente durante el extensísimo primer párrafo.
"Por supuesto, semejante estado de opinión nunca será reconocido en público por la Presidenta de la Nación", nos advierte, dejando en claro, entonces, que -como ya lo hiciera- Majul lee la mente de los funcionarios o tiene micrófonos en las oficinas y hogares de los más altos funcionarios, incluído el de la presidenta.
Entonces, nos anoticia: "Muchos dueños de medios y periodistas suponen que lo peor está por venir. Que durante los próximos cuatro años la propia existencia de muchos medios no dependientes del Estado y la libertad de trabajo de decenas de profesionales serán puestas en cuestión".
Se equivocan, asegura Luis: "no comparto para nada esa idea tan pesimista. Creo, al contrario, que la presión oficial, la nueva hegemonía política y mediática, constituyen una inmemorable oportunidad para empezar a hacer un mejor periodismo. Quizá menos urgente y menos impreciso. Con tiempo suficiente como para consultar a la mayor cantidad de fuentes. Más enamorado del dato y siempre atento a la manera de presentar los temas, para que la información no solo sea rigurosa, sino también atractiva para el lector, el oyente o el televidente".
Si es así, como postula Majul, que ha llegado el momento de hacer "un mejor periodismo", con fuentes y datos precisos, ¿por qué jamás, en ninguna de sus columna, aparece una fuente fidedigna o un dato comprobable, riguroso? ¿Por qué Majul no le hace caso a Majul y, si puede, se dedica a hacer "un mejor periodismo"?
Y en tren de hacernos preguntas... ¿por qué no se compra una tortuga y se va despacito a la ....? ahí, donde usted ya sabe amigo lector.
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