Reapareció el jefe de gobierno porteño para indicar tres cosas: que no tiene pruritos a la hora de hacer acuerdos, que para la oposición será "casi imposible" ganarle a Cristina y que no le gusta trabajar.
El reelecto jefe de gobierno porteño, Mugricio Macri, reapareció en público para brindar una conferencia de prensa en la que dijo que el PRO "está trabajando con apertura: en distintos distritos con el ex presidente Eduardo Duhalde, en otros con (Adolfo) Rodríguez Saá y en otros con el radicalismo".
Al ser consultado respecto a qué candidato a presidente votará en octubre, respondió: "el voto es secreto y me reservo a quien votaré".
Aunque indicó que "el gobierno nacional ha hecho una gran elección en la interna, producto de méritos propios y de fallas de la oposición. Habrá que ver si se ratifica en octubre", señaló que en octubre será "casi imposible" ganarle a Cristina.
"La matemática es cruel. Esa diferencia y la división que tiene la oposición, se hace casi imposible que se revierta la situación. Yo lo había anticipado para intentar que queden pocos candidatos. Algo que no me fue bien fue que resigné mi candidatura para trabajar en un proyecto de unidad. En las internas se perdió esa posibilidad", señaló.
Por último, ante la consulta sobre el por qué no se presentó a votar en las elecciones primarias, dio a entender su fuerte predisposición al trabajo: "En ese momento tenía que elegir entre mi mujer o las internas, porque el médico le dijo que viajaba ahora o no podía viajar más, y hacía 10 meses que no viajaba. Eso es lo que sucedió".
Menos mal que volvió de las vacaciones para iluminarnos a todos con su sabiduría y su visión política. Si el hijo bobo de Franco Macri no hacía estas declaraciones, la sociedad argentina no se hubiera dado cuenta que en octubre es casi imposible ganarle a Cristina.
Que muchacho pelotudo.
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