UN GRUPO DE JUBILADOS INTENTÓ ENTRAR A LA SALA ANTE LA EXPOSICIÓN DE LOS MINISTROS DE TRABAJO, JORGE TRIACA; Y DE HACIENDA, NICOLÁS DUJOVNE.; Y SE PUDRIÓ EL RANCHO.
Un momento de mucha tensión se vivió ayer en la antesala del debate en las comisiones de Presupuesto y Previsión en la Cámara de Diputados cuando un grupo de jubilados intentó entrar a la sala donde el macrismo intenta obtener el dictamen.
Los ministros de Trabajo, Jorge Triaca; y de Hacienda, Nicolás Dujovne, junto a los legisladores presentes de la alianza de derecha Cambiemos fueron blanco de insultos a los que le siguieron golpes y empujones, que terminaron con el debate en cuarto intermedio.
Desde el comienzo de la sesión se respiraba tensión por la presencia de jubilados y dirigentes sindicales con consignas contra el ajuste.
Uno de los momentos de mayor conflicto se vivió cuando el ahora presidente de la comisión de Previsión, Eduardo Amadeo, flamante reemplazo de Mirta Tundis, comenzó la sesión y habilitó la intervención del ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
“¡Hijo de puta!”, le gritaron, y fue insultado durante toda su exposición por los manifestantes, que permanecían en la puerta, hasta que la actuación de los hombres de seguridad desató el escándalo, insultos, empujones y piñas.
Quien intervino para aquietar las aguas fue el presidente del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, que intercedió al grito de “¡paren, paren!” y aliviar la situación.
Ante esto, Amadeo suspendió la sesión y llamó a un cuarto intermedio: "señores diputados, invito a un cuarto intermedio y pido por favor a las autoridades de los bloques que están presentes, Rossi, Massot, que se acerquen a esta mesa. Con ese nivel de violencia es imposible funcionar".
Después de unos minutos, Amadeo retomó la sesión y señaló que "vamos a continuar de la siguiente manera. Los señores legisladores nos han garantizado que vamos a poder seguir trabajando respetando la palabra de los oradores terminada la exposición del ministro Triaca. Escucharemos las preguntas de los legisladores, luego daremos lugar a la voz de los representantes de algunas organizaciones, pero el acuerdo es que vamos a poder trabajar respetando a las personas que están hablando". A pesar del pedido, continuaron algunos silbidos y abucheos.
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