martes, 7 de noviembre de 2017

Cuestionamientos internos a Patricia Bullrich Luro Pueyrredón por la difusión de las fotos de De Vido y Boudou detenidos

EN EL SENO DEL RÉGIMEN FASCISTA CREEN QUE PASÓ UN LÍMITE Y TRATAN DE DESPEGAR A MACRI BLANCO VILLEGAS. QUÉ DICE LA ONU SOBRE ESTOS CASOS.

Patricia Bullrich Luro Pueyrredón recibió cuestionamientos del propio régimen fascista por las humillantes imágenes de las detenciones de Julio de Vido y Amado Boudou, que se difundieron desde el Ministerio de Seguridad.

Boudou fue fotografiado descalzo y en pijamas mientras era detenido y De Vido fue fotografiado en la cárcel. Esas imágenes llegaron rápidamente a los medios masivos, lo que desató un debate sobre el desprecio hacia la condición humana de los detenidos.

Es que incluso la Asamblea General de la ONU en su Resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988, determinó que "toda persona sometida a cualquier forma de detención o prisión será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano".

La beoda ministra de Seguridad no había recibido cuestionamientos internos tras el desfile de José López, Ibar Pérez Corradi y Ricardo Jaime con chalecos y cascos. Allí el argumento era cuidar la integridad física de los detenidos. Pero con Boudou y De Vido, dos de las figuras más emblemáticas del gobierno anterior, en el propio macrifascismo reconocen que esta vez se pasó un límite.

Por eso, desde la Rosada salieron a despegarlo a Mugrizio Macri Blanco Villegasde la difusión de las fotos. Incluso filtraron que el idiota confeso está enojado con la Justicia y que buscará aplicar un protocolo para las detenciones, como si eso no existiera: más allá de las responsabilidades del juez, los efectivos de la fuerza toman registro de todos los operativos de detención.

"Patricia tiene mucha sed de venganza", aseguran quienes conocen de cerca a la borracha hija de puta; y una anécdota reciente revela las diferencias que hay en el régimen en torno a la conveniencia de esa "estrategia".

El pasado 25 de octubre, el día en el que el Congreso se disponía a votar el desafuero de Julio de Vido, la ex montonera entregadora de compañeros llamó a Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, para que le precisara la hora exacta de la votación. La borracha quería ese dato para enviar las fuerzas a al Congreso para sacar al ex ministro esposado del edificio ante las cámaras.

"Yo no voy a permitir eso", le respondió Monzó, que intentó convencerla de que un show semejante dañaría la imagen del propio régimen. Pero la mal cogida se las ingenió para que aparecieran las fotos del identikit de De Vido en la cárcel.

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