EN EL RÉGIMEN MACRIFASCISTAO ASEGURAN QUE NO ESPERABAN LA MEDIDA. "NO RESPONDEN A LAS TRADICIONES DIPLOMÁTICAS", SE QUEJARON.
El bloqueo que impuso Donald Trump al biodiesel argentino tan sólo una semana después de la visita de su vice Mike Pence a Olivos causó estupor en el régimen macrifascista.
Contra la sucesión de gestos de amistad y declaraciones rimbombantes del liderazgo regional de Macri que dejó Pence visita a Buenos Aires, Trump asestó un golpe letal al comercio bilateral y bloqueó el ingreso de biodiesel argentino a su país, imponiéndole aranceles de hasta 64%, en un virtual bloqueo.
La medida entrará a regir a partir de su publicación oficial la semana próxima y significará un fuerte revés para la industria del biodiésel local y también para el déficit comercial ya que las exportaciones de combustible vegetal a los Estados Unidos habían permitido en 2016 ingresos de divisas por más de 1.200 millones de dólares, la mitad de las exportaciones a dicho país.
"El estilo de esta administración no parece responder a las tradiciones diplomáticas", se quejaron en Casa Rosada. "Estamos sorprendidos", agregaron.
Además del impacto económico de la medida, la bronca en el Ejecutivo se explica porque el bloqueo de Trump golpea al corazón de una de las promesas más repetidas por el macrifascismo desde su llegada al poder, que es la de "la vuelta al mundo".
En ese sentido, en el régimen celebraban con entusiasmo las palabras grandilocuentes de Pence, que calificó a Macri como el líder regional que buscaban para América Latina, al mismo tiempo que se encargaba de promocionar el cerdo norteamericano ante empresarios y políticos en la Bolsa de Comercio.
En ese contexto, el cuadro se agrava ya que Trump no sólo bloqueó el biodiesel, sino que sigue sin habilitar los limones aduciendo demoras burocráticas y encima logró que Macri habilite el ingreso de carne porcina de Estados Unidos, decisión que pone en riesgo 35 mil puestos de trabajo y podría traer al país una gravísima enfermedad que tienen los chanchos norteamericanos y del que hasta ahora el país estaba a salvo.
Quien quedó en la mira fue el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que en marzo le había garantizado a Macri que no tenían sustento las acusaciones de dumping que realizó la Cámara estadounidense que nuclea a productores de biodiésel. Esas denuncias serán resueltas en octubre por el mismo Departamento de Comercio que aplicó los arancelesantes de ayer.
De nada sirvió el viaje a Washington que hizo este mes Buryaile con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, para reunirse con el secretario de Comercio norteamericano, Wilbur Ross, y el secretario de Agricultura, Sonny Perdue.
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