MARCOS PEÑA BRAUN MENÉNDEZ Y MARÍA EUGENIA VIDAL VIDAL BUSCARON MOTIVAR A SUS CANDIDATOS Y DISIPAR EL FANTASMA DE UN TRIUNFO DE CRISTINA. LES PIDIERON EVITAR "LA CUESTIÓN CULPOSA" CONVENCIÉNDOLOS DE QUE EL RÉGIMEN MACRIFASCISTA HACE LAS COSAS BIEN.
María Eugenia Vidal cerró ayer la cumbre con unos 500 precandidatos bonaerenses de la alianza de derecha Cambiemos, a quienes buscó motivar y convencer de que el régimen macrifascista realizó las cosas bien. Lo hizo en un clima caldeado por el miedo subyacente de un triunfo de Cristina Fernández de Kirchner, primera en casi todas las encuestas.
El encuentro arrancó ayer al mediodía en La Plata y estuvo rodeado de hermetismo, al punto de que -salvo las primeras líneas- los dirigentes debían hacer "check in" con su documento para poder ingresar.
La gobernadora fascista bonaerense fue la última en llegar y lo hizo después de que la gente de seguridad desmontara un inflable gigante de su cara que llevaron algunos militantes hasta la entrada al salón La Enramada de Gonnet. No es nuevo: lo llaman "La Vidal" y algunos recuerdan que ya lo mostraron en otros de sus actos en La Plata. "No todos lo llegamos a ver, pero adentro se hablaba de ese inflable, que encima no se parece en nada a Viddal", confió un dirigente que estuvo en la cumbre.
El objetivo del evento era delinear estrategias de campaña, aunque como contaron, la principal bajada de línea fue de carácter "súper motivacional". Se buscó convencer a todos los dirigentes de que la elección de octubre se puede ganar.
"No tengan culpa, porque estamos haciendo lo que hay que hacer y lo estamos haciendo bien. Es natural que haya angustia cuando esperás hace 40 años que te cambien la vida", afirmó "Heidi" y después pidió "no dejarse correr por los que hicieron todo mal y solo pueden ofrecer miedo y resignación".
Marcos Peña Braun Menéndez fue el enviado de Mugrizio Macri para arengar a la tropa. El jefe de Gabinete dijo que lo principal es "no engancharse" en discusiones estériles y exigió a los presentes "evitar la cuestión culposa" al encarar los debates.
Omnipresente, la figura de Cristina Fernández de Kirchner condicionó todo el encuentro. No se la mencionaba en los discursos -aunque algunos la nombraron en el marco de la enumeración de todos muchos otros candidatos- pero todo el tiempo se hacía alusión a ella y a no volver al pasado.
En muchos de los candidatos, sobre todo en los del conurbano, hay desazón ante la cantidad de encuestas que ya dan como ganadora a la ex jefa de Estado. Hasta hace unos meses, ellos mismos imaginaban un panorama más alentador en el que Cristina no iba a competir o si lo hacía tendría un techo más bajo. Ahora lamentan que la insistencia en el discurso de la polarización pueda terminar jugándoles en contra.
Por eso, en sintonía con Peña Braun Menéndez, Vidal les pidió a sus candidatos que aborden a la gente con la convicción de que el régimen está haciendo "lo mejor".
Lo hizo en un escenario junto a sus candidatos Esteban Bullrich, Guillermo Montenegro, Gladys González, Graciela Ocaña y Héctor "Toty" Flores.
En un discurso en el que no se olvidó de citar al ex hijastro de Flavia Palmiero y en el que habló con su habitual tono tranquilo, Vidal enumeró las "tres palabras clave" para que la alianza de derecha Cambiemos "la rompa" en la elección: "orgullo sin soberbia, convicción con compromiso y amor".
Esteban Bullrich, por su parte, destacó que, junto a sus compañeros de lista, "ninguno querría estar en ningún otro lugar, a pesar de la dificultad y de la enorme pelea que tenemos por delante".
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