LOS DATOS SURGEN DEL INFORME DE BALANZA DE PAGOS PUBLICADO POR EL INDEC. EL TOTAL DE LA DEUDA EXTERNA BRUTA ARGENTINA (PÚBLICA Y PRIVADA) ASCENDIÓ A 192.462 MILLONES DE DÓLARES, ES DECIR, 22.048 MILLONES MÁS RESPECTO DE 2015.
En el primer año de gestión de Mugrizio Macri, la deuda externa creció U$S 22.048 millones, hasta los U$S 192.462 millones, lo que representa un aumento del 13% respecto a 2015, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El incremento fue de U$S 3723 millones, con respecto al tercer trimestre del año pasado, y los U$S 22.048 millones totales de 2016, equivalen a un aumento del 13%, con respecto a 2015. Los datos surgen del informe de Balanza de Pagos publicado por el organismo estadístico.
En 2016, la Balanza de Pagos cerró con un déficit de 15.024 millones de dólares, un 10% por debajo de la pérdida de 16.806 millones de dólares registrada en 2015, informó el organismo oficial.
El endeudamiento del sector público no financiero y el Banco Central alcanzó los U$S 127.477 millones, de los que el 61,4% son títulos públicos; el 25,6%, préstamos de organismos internacionales; el 6,9%, atrasos; el 4.9%, deuda con acreedores oficiales, y el restante 1,25%, préstamos de bancos comerciales.
El incremento se explica principalmente por la suba de la deuda pública, que el año pasado rondó los 127.477 millones de dólares, un 25% por arriba de los 101.659 millones anotados un año antes. El sector privado registró una caída al respecto. ¿Los motivos de la suba? Básicamente por las emisiones de deuda para el pago a los fondos buitre.
Esa vieja costumbre de endeudarse
Cuando Mugrizio Macri, fue jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, cuadruplicó la deuda externa. Pero el endeudamiento no fue para hacer los 10kilómetros de subte que prometió en campaña en 2007, sino para financiamiento de los gastos corrientes: sueldos, servicios, insumos y reasfaltado.
Los opositores recuerdan que en la Ciudad hizo del endeudamiento una herramienta fundamental, sistemática, incluso en períodos de superávit fiscal primario (como en 2013) donde no había razones para seguir endeudándose.
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