EL PRESIDENTE DE BOCA LOGRÓ IMPONER EN LA INSPECCIÓN GENERAL DE JUSTICIA (IGJ) A UN HOMBRE DE SU CONFIANZA, DESPLAZANDO A UNO DEL MINISTRO DE JUSTICIA.
A mediados de diciembre de 2015, tras la victoria de Mugrizio Macri, Eugenio Cozzi se presentó ante la IGJ como nuevo Inspector General, en una reunión formal ante jefes y directores. Cozzi había sido propuesto por el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano.
Sin embargo, luego de varios días, a Cozzi no se lo vio más en el organismo, porque el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, lo destronó. El empresario, ligado al juego y a quien muchos le adjudican ser el "operador judicial y en la SIDE" del régimen macrifascista, trazó nuevas alianzas y estrategias con Darío Richarte e impuso a Sergio Bordsky, quien fue presentado como poseedor de una "amplia trayectoria académica en derecho comercial", aunque según afirman abogados comercialistas, su actividad como docente o libros es toda una incógnita.
Brodsky no cuenta con experiencia alguna en la función publica, "todavía nadie lo conoce y los jefes que han asistido a reuniones les llama la atención que no habla", aseguró una fuente.
Mientras tanto, en la IGJ ya se han notificado 32 despidos y extraoficialmente trascendió que habrá 40 más los próximos días, sobre un total de 450 empleados. También se han producido desplazos, rebajas de sueldos y maltratos que han intentado generar un clima de terror entre los trabajadores.
Hoy por hoy, el organismo se encuentra en paro con asistencia al lugar de trabajo (declarado por ATE) desde el 15 de marzo pasado, exigiendo la reincorporación de los cesanteados.
Además, Juan Carlos Cahian, ex asesor del Ministro de Seguridad Guillermo Montenegro reunió a jefes y directores y dijo que estos despidos son la primera medida de "escarmiento", para que "los que quedan" lo tengan presente.
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