lunes, 11 de enero de 2016

En un escenario político vertiginoso, Cristina prepara su regreso para febrero

Por Martín Piqué

LA EX PRESIDENTA ENCABEZARÁ UNA FUNDACIÓN QUE SERÁ EL EJE DE SU ACTIVIDAD POLÍTICA COMO OPOSITORA. LA INSPIRACIÓN DE LULA DA SILVA.


Los ex funcionarios del gobierno anterior (a decir verdad, del gobierno anterior al anterior, porque el gobierno anterior al actual fue el de Federico Pinedo) y los actuales legisladores del Frente para la Victoria, ya lo dan como un hecho. El mes clave, dada la velocidad con la que se precipitan los acontecimientos, será febrero. En el bloque de diputados del FPV el comentario circula en voz baja, entre compañeros, con la seguridad de un vaticinio que se da como un hecho. Para todo el kirchnerismo, para buena parte del PJ, la ex presidente de la Nación, Cristina Fernández, reaparecerá públicamente el mes próximo.

La expectativa es grande aunque la alusión a un retorno puede dar lugar a un equívoco: quienes conversan con CFK saben que la ex jefa de Estado está al tanto de todo lo que pasa con la nueva administración, porque sigue al mando del FPV. Aunque sus interlocutores no lo hagan público, Cristina mantiene periódicas comunicaciones telefónicas con legisladores de su espacio político y ex miembros de su Gabinete: Héctor Recalde, Julio De Vido, Martín Sabbatella, algunos miembros de la mesa nacional de La Cámpora, pueden dar cuenta de ello.

Para su reaparición en la escena pública, la ex mandataria tendrá muy en cuenta el antecedente del camino recorrido por Luiz Inácio Lula da Silva tras dejar la presidencia de Brasil.

Por una cuestión de calendario, por el cronograma de los mandatos presidenciales, Cristina pudo observar al socio mayor del Mercosur y sacar conclusiones de la transición encarada por Lula en su regreso al llano. El brasileño eligió salir de la escena, creó el Instituto Lula (un centro de estudios internacionales, análisis geopolítico y educación) y dejó todo el protagonismo a su sucesora, Dilma Rousseff.

Sin embargo, esa inactividad pública, el deterioro de la economía internacional para los intereses de los países emergentes, y la ofensiva de la derecha y el establishment de su país debilitaron mucho a Dilma en el inicio de su segundo mandato.

También intentaron aislar a Lula, ponerlo a la defensiva. A fines de agosto, en un comentario que sonó a autocrítica, el propio Lula utilizó una metáfora para reconocer que quizá se había equivocado al bajar tanto el perfil. “Los adversarios, todo el santo día, están hablando de mí. Pero aprendí una cosa: sólo se puede matar a un pájaro si se queda quieto. Si sigue volando, es más difícil. Por eso yo volví a volar de nuevo”, fue la imagen que eligió el fundador del PT y ex obrero metalúrgico para anunciar que volvería de lleno a la actividad política.

La evolución de los acontecimientos en Brasil aporta una enseñanza para la coyuntura argentina: los liderazgos populares, a los que la derecha continental pretende erradicar definitivamente, nunca tendrán tregua. Incluso si las personas de carne y hueso que poseen esos atributos y esa relación con su respectiva sociedad -CFK, Lula- intentan descansar y dejar la política cotidiana por un tiempo.

Estos antecedentes explican en parte por qué Cristina ya hizo trascender que en febrero se la volverá a ver y escuchar en público. Hasta ahora sus únicas apariciones en la agenda fueron unos videos grabados por turistas en El Calafate y un duro mensaje en las redes sociales (Facebook y Twitter) en respuesta a la versión de que Mugrizio Macri intentará paralizar las obras de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, acordadas con la República Popular de China.

El otro factor que no debe ser pasado por alto para analizar la reaparición de Cristina es el tipo de gobierno que viene impulsando el nuevo presidente. Para muchos analistas, la impronta de shock, sin gradualismos, que eligió Macri favorece que el sistema político se organice con dos actores principales: el presidente y su predecesora.

“La política que lleva adelante Macri no respeta al Senado de la Nación, intenta meterte dos jueces de la Corte por la ventana, interviene organismos como la AFSCA, modifica leyes por DNU manteniendo cerrado el Congreso, designa embajadores en comisión, ordena un nuevo megacanje por decreto, cambiando las letras del Tesoro por bonos en moneda extranjera. Éste es un gobierno clásicamente liberal en lo económico, monetarista en lo financiero y autocrático en la relación con el resto de los poderes de la república. Es una gestión que no va a escatimar represión de la protesta social en el caso de que esta avanzase. Ante este panorama, no es momento de prestarse a la legitimación de estas medidas. Cristina, en este marco, tiene una voz potente. Y su voz va a resonar, cuando retome la actividad política de forma plena, de forma muy fuerte. Porque va a marcar escenarios, transmitir ideas y pensamientos, reflexiones. En definitiva, Cristina va a ser el punto de referencia más fuerte de la oposición a este modelo neoliberal que encabeza Macri”, sostuvo el diputado del Parlasur y ex ministro de Defensa del kirchnerismo, Agustín Rossi.

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