domingo, 4 de octubre de 2015

La alianza de derecha Cambiemos relanzó su campaña para mostrar unidad y polarizar con el oficialismo, en contra de una

En el microestadio de Ferro, Mugrizio Macri, junto a la plana mayor de sus aliados de la UCR y la CC, relanzó la campaña nacional. El candidato de Cambiemos envió varios guiños a sus dirigentes e hizo una retrospectiva de su carrera política.


El candidato a presidente por la alianza de derecha Cambiemos, Mugrizio Macri, junto a la plana mayor de sus aliados de la Unión Cívica Radical y la Coalición Cínica, relanzó ayer la campaña nacional de cara a las elecciones del 25 de octubre, en la que buscaron mostrar unidad del frente opositor y apelar a la polarización contra el oficialismo, en detrimento de UNA.

En el microestadio de Ferrocarril Oeste del barrio de Caballito, el ex hijastro de Flavia Palmiero reunió a todos los candidatos a gobernador por la alianza Cambiemos, entre ellos muchos radicales como el senador jujeño Gerardo Morales, y fue el primer acto en el que se mostraron juntos y con oradores de los tres partidos: comenzó la desquiciada diputada Elisa Carrió, le siguió titular de la UCR Ernesto Sanz, luego la candidata a vicepresidenta Gabriela Michetti y concluyó el propio Macri, quien afirmó que "es un enorme honor ser candidato de un partido centenario como la Unión Cívica Radicla y también de la Coalición Cínica".

"Tenemos que que incluir y representar a ese más de 60 por ciento que quiere un cambio, eso incluye a los socialistas, a la izquierda, a los peronistas que no acuerda con el kirchnerismo, a los trabajadores y a los docentes", remarcó el hijo bobo de Franco Macri, al tiempo que reiteró que en un eventual gobierno propio "no va a inventar peleas sin sentido porque queremos una Argentina unida, ni hablar sin escuchar y mucho menos por cadena nacional".

"Lo que no voy a hacer tampoco, y para eso gozaré de la compañía de nuestro ministro de Justicia, Ernesto Sanz, es sacar y poner jueces a nuestro antojo, ni mentir con el Indec y la pobreza ni quitarle la ayuda social a nadie. Vamos a darles trabajo y del bueno", enfatizó.


En otro guiño a sus aliados, el infeliz hizo retrospectiva de su carrera política y recordó que en 2005 se enfrentó "a una legisladora fuerte que me cagó a patadas durante toda la campaña", en alusión a Carrió, para quien frenó el discurso y se acercó a darle un beso.

Otro gesto fue hacia el candidato a gobernador por Jujuy, Gerardo Morales. "Con Gerardo empezamos a las piñas y ahora estamos de novios", dijo con respecto a la conocida mala relación que tuvieron hasta mediados de este año.

Previamente, Michetti destacó "la oportunidad histórica" que representa esta elección, "un momento de esos en los que un país decide pegar un volantazo a favor de un cambio" y dijo querer volver a "una política que sana, que en vez de tirar nafta al fuego, venga a superar el conflicto".

La precedió Sanz, quien junto con Carrió fueron los encargados de apuntar los dardos a Sergio Massa (el candidato de Unidos por una Nueva Alternativa) y promover la polarización.

El senador radical recordó el lanzamiento de campaña de Raúl Alfonsín -al mencionar su nombre explotó la mayor ovación de la tarde- y dijo que "no es casual que todos los radicales" estén en Cambiemos.

"Antes la dicotomía era democracia y dictadura. Ahora hay dos polos, dos formas de pararse para ver a la Argentina y frente a la vida: el populismo autoritario, el facilismo económico y la administración de la pobreza, y del otro, los que quieren una república. La polarización no admite terceros, están los que gobiernan y los que estuvieron en el gobierno, y nosotros que nunca estuvimos con ellos", enfatizó.

Además, dijo que junto a Carrió tienen "la autoridad moral y política, porque se compitió con ellos (en las PASO), de decir que la república democrática tiene el nombre de Mauricio Macri y Gabriela Michetti".

A su turno, Carrió también embistió sin eufemismos contra UNA: "estamos ganando la nación, disputando el Norte y ganando la Provincia. Hemos superado las diferencias, estamos juntos, frente a los que prometen lo que nunca hicieron cuando fueron jefes de gabinete".

"No hay Scioli ni Massa que puedan impedir el triunfo de la República. Dicen que Macri no es fuerte sólo porque no es mafioso, él busca el diálogo y eso es inteleifencia y fuerza", añadió.

Con una liturgia inusual para el estilo del PRO -con bombos y un formato más tradicional-, el acto congregó variada militancia -con notable presencia radical y del peronismo que acompaña al "Momo" Venegas y a algunos gremios como SUTEP- y procuró sobre el final evitar los globos de colores, que esta vez, como en las PASO, fueron celeste y blanco.

Antes del acto, la fórmula presidencial, Sanz, Carrió, los jefes de campaña Marcos Peña y Emilio Monzó y toda la dirigencia radical compartieron un almuerzo de casi dos horas en el restaurant Happening (del barrio de Puerto Madero), en un encuentro con el que se buscó "seguir generando confianza mutua entre los aliados" y en el que no hubo oradores ni discursos, según informaron a Télam algunos de los participantes.

Hoy, Macri participará del debate con algunos candidatos presidenciales, que se realizará en la Facultad de Derecho (UBA), y el lunes tiene previsto actividades de gestión en la Ciudad.

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