jueves, 18 de junio de 2015

Para Zaffaroni, su elección en la CIDH es "un reconocimiento al país"

El jurista indicó que su elección como integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lo hace "feliz" porque su "único interés" era que "la Argentina tuviera un juez" en ese tribunal.


"Yo creo que es un reconocimiento al país", declaró el ex miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en una entrevista radial en la que se le consultó su parecer sobre la campaña de objeciones impulsada por el grupo Clarín para evitar su integración a la CIDH, tribunal que atiende denuncias contra estados que reconocen su competencia, como en el caso de la Argentina y cuyas sentencias son obligatorias.

"Creo que el grupo monopólico, que me atacó en todos los frentes se equivocó, sobre todo porque yo no tengo un interés personal en ésto; el único interés que tenía era que la Argentina tuviera un juez en la Corte Interamericana y me siento feliz por eso”, respondió.

Zaffaroni señaló que el eje de la campaña en su contra fue un libro sobre derecho penal militar que publicó junto a un colega en 1980, que ya había sido incorporado al debate que se realizó en el Senado luego de que el entonces presidente Néstor Kirchner lo nominara para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Ese libro fue escrito "hace casi 40 años", cuando estaba vigente el Código de Justicia Militar, derogado recién "con una ley promulgada por Cristina Kirchner en el año 2008”, norma sancionada a partir de un proyecto en cuya elaboración “también tuve la suerte de participar", expresó.

Zaffaroni subrayó que cuando escribió ese libro otros "penalistas y académicos se desentendían" respecto del Código de Justicia Militar porque para ellos "era derecho administrativo" pero "con él se podía fusilar y todos los años 200.000 ciudadanos argentinos eran incorporados forzadamente a las Fuerzas Armadas y en consecuencia quedaban sometidos a ese Código”.

"Lo que hicimos con un colega es decir 'cuidado, no se puede fusilar a nadie por derecho administrativo, qué están diciendo'. Esto es derecho penal, y tomamos la parte general, por que la procesal era inconstitucional”, añadió.

La intención del libro fue señalar los "límites" del entonces vigente derecho penal militar, por lo que "no hizo ninguna gracia entre las Fuerzas Armadas, que nunca lo usaron como texto", aseveró.

"Y mientras nosotros escribíamos ese libro", los dueños del Clarín “lo que hacían era brindar con (el dictador Jorge Rafael) Videla para apoderarse de Papel Prensa", afirmó entre otros reproches al grupo mediático, y añadió que "me están cobrando el voto (en la Corte Suprema) por la constitucionalidad de la ley de medios".

Consultado sobre los mensajes que recibió por su nombramiento en la CIDH, Zaffaroni destacó que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo llamó para felicitarlo mientras daba clase en la Universidad de José C. Paz, en el Gran Buenos Aires.

Ante una pregunta sobre la postulación de Daniel Scioli para las próximas elecciones presidenciales, dijo que la compartía y ponderó al actual gobernador bonaerense como "un hombre razonable, con experiencia política" y que "tiene códigos".

"Me gusta que sea candidato", insistió, aunque admitió que "por ahí nos peleamos" en materia de política de seguridad. "Lo más importante es que nadie venda pozos petrolíferos, que nadie venda Aerolíneas (Argentinas), que no saquen la Asignación universal por hijo, que nadie endeude al país, que nadie desarme la estructura económica y genere una situación de desempleo”, resumió.

Sobre la invitación de Scioli para que lo acompañe en la fórmula el actual secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, Zaffaroni respondió que “me acerca más a la idea, una idea de continuidad de proyecto".

En otro orden, sostuvo que el próximo gobierno debería promover la ampliación del número de jueces que componen la Corte Suprema, porque el supremo tribunal, además del tradicional control de constitucionalidad, “se atribuyó una función casatoria” para la cual carece de estructura.

Según estimó, la Corte requerirá unos 15 ministros y cuatro o cinco salas “cuando se trata de casación” y que con mayor número de magistrados habrá más pluralismo y se evitará una excesiva concentración de poder en pocas manos.

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