La Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP) y el gobierno porteño no llegaron a un acuerdo tras diez horas de negociación en torno a la seguridad, las comunicaciones y la cantidad de horas trabajadas a partir de las dos nuevas estaciones de la línea B inauguradas el viernes último.
Ambas partes acordaron volver a encontrarse hoy a las 15 en la sede de la subsecretaría de Trabajo del gobierno porteño y, mientras tanto, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) y Metrovías, empresa concesionaria, continuarán con la utilización de supervisores para reemplazar a los conductores.
La reunión comenzó a las 11 de ayer y cerca de las 21, tras un cuarto intermedio, el titular de la AGTSyP, Néstor Segovia, afirmó que "estamos lejos de llegar a un acuerdo, esta todo muy trabado".
"Las propuestas que nosotros llevamos no la aceptan y la propuesta que hace la empresa tampoco la aceptamos por lo tanto pasamos a un cuarto intermedio hasta mañana (por hoy) a las 15 horas", dijo Néstor Segovia .
El delegado aseguró que las conversaciones fueron tensas y que los trabajadores "no estamos seguros con respecto a la seguridad de las estaciones" y añadió: "hay que armar una comisión de seguridad, de higiene y establecer un nuevo diagrama pero la empresa no quiere aflojar".
El subsecretario de Trabajo porteño, Ezequiel Sabor, dijo a Télam que en "el conflicto por las comunicaciones 'tierra-tren' y las filtraciones de agua se llegó a un acuerdo, el punto ahora es la cantidad de tiempo efectivo y de vueltas que los conductores deben realizar con las dos nuevas estaciones".
Sabor explicó que con las dos nuevas estaciones "un viaje tarda 62 minutos contra 53 que demora hasta Los Incas. Consideramos que si cada chofer da cinco vueltas se cumplen las seis horas de trabajo más el descanso reglamentario, pero el sindicato quiere imponer cuatro vueltas y más tiempo de descanso".
"Aquí está el punto de desacuerdo, intentamos mil maneras de llegar a un arreglo pero no se pudo. En principio el mismo esquema de supervisores seguirá hasta mañana (por hoy) a las 15", sostuvo el funcionario porteño.
El conflicto se originó cuando el procesado jefe de gobierno porteño, Mugrizio Macri, inauguró el viernes último las estaciones Juan Manuel de Rosas y Esteban Echeverría de la línea B de subte que incorporan al barrio de Villa Urquiza.
Los trabajadores denunciaron que la apertura se hizo a las apuradas y que tenían un "claro fin electoral" ya que en ambas plataformas había filtraciones de agua en diversos puntos de la construcción que ponían en riesgo la vida de los operarios y la de los propios pasajeros.
También denunciaron la ausencia de un sistema de comunicación por radio "punto a punto" que les permita a los conductores de las formaciones tomar contacto con los jefes de tráfico, por lo que se los obliga a hacerlo a través de celulares, lo que los choferes consideran "altamente peligroso".
Los trabajadores resolvieron no avanzar con las formaciones hacia las dos estaciones y detenerla en Los Incas. Allí, en presencia del delegado de la línea B Claudio Della Carbonara, los choferes se bajan y suben los supervisores e instructores que llevan la formación hacia las nuevas plataformas.
Este esquema genera demoras en el cumplimiento del recorrido, mientras que los fines de semana el servicio se cumple sólo hasta Los Incas ya que los supervisores no pueden reemplazar a la totalidad de los conductores.
El titular de SBASE, Juan Pablo Piccardo, responsabilizó hoy a la empresa Agua y Saneamiento Argentina (AYSA) por las filtraciones.
AySA aseguró que las filtraciones detectadas en las dos nuevas estaciones de subte inauguradas por el gobierno porteño, no son su responsabilidad sino que provienen "de las napas freáticas".
Manifestó además que "resulta cuanto menos curioso que, en forma recurrente, las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires responsabilicen a AySA por cuestiones que son competencia de la CABA".
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