Por Tali Goldman, para revista Veintitrés
Los candidatos massistas que se postulan para ocupar una banca en Diputados levantan la bandera de su gestión como bastión propagandístico. Cuánto hicieron por sí mismos y cuánto gracias al aporte del gobierno nacional.
Sandro Guzmán. Darío Giustozzi, Sergio Massa y Gabriel Katopodis
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En un país presidencialista como la Argentina, las elecciones de medio término tienen condimentos más suaves. Con la incorporación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, según revelan algunos analistas, muchos ciudadanos no terminan de comprender en el fondo qué es lo que se vota.
Sin embargo, estas elecciones tomaron un tono diferente y definitivamente la campaña se nacionalizó. Tanto desde el oficialismo como desde la oposición decidieron que la estrategia, de acá hasta octubre, sea lisa y llanamente kirchnerismo versus antikirchnerismo. En el medio, la pelea por lo que se hizo, lo que no se hizo, las promesas incumplidas y las chicanas típicas del entorno proselitista.
Pero en la provincia de Buenos Aires, además de nacionalizarse, la campaña se municipalizó. A raíz de la candidatura de varios intendentes de peso como Martín Insaurralde y Sergio Massa, la estrategia se focalizó en demostrar los logros de gestión como el bastión propagandístico.
Desde el Frente Renovador, el intendente de Tigre engalana su municipio como si fuera un territorio aislado del resto del país. La seguridad, el sistema previsional y las obras inauguradas son sus caballitos de batalla a la hora de demostrar sus hazañas como mandamás al frente de uno de los municipios con más ventajas a la hora de gobernar.
No obstante, algunos números demuestran que muchos de sus logros tienen que ver con obras cuyos fondos provienen del gobierno nacional. Por caso, en 2013 se destinaron 633 millones de pesos para Asignaciones por Hijo y nuevas jubilaciones. Para obras se giraron 3.980 millones. En tren de comparaciones, en 2003 había 11.902 jubilados y pensionados, y no había adjudicatarios de la AUH, mientras que en 2013 se alcanzó a financiar a 27.704 abuelos y 32.240 niños están cubiertos por el plan universal.
En cuanto a la inversión en agua, se destinaron 2.940 millones de pesos y los habitantes con agua en el 2003 alcanzaban a 26.957 personas, mientras que en 2013 llegaron a 52.377, es decir, pasaron de un 44 por ciento del total de la población a un 57 por ciento en diez años.
Por su parte, los ciudadanos con gas pasaron de ser 217.518 en 2003 a 223.427 en 2013. Además, la ANSeS invirtió 2.800 millones para la planta potabilizadora “Juan Manuel de Rosas”, que beneficiará a dos millones de habitantes del norte de la provincia y en especial a los 375.000 habitantes de Tigre, lo que permitirá alcanzar el 92 por ciento de hogares con agua potable.
En cuanto a las cloacas, se invirtieron 610 millones y del 7 por ciento de habitantes que contaba con ese servicio en 2003, hoy se elevó a 14 por ciento, es decir, se duplicó.
Otro de los municipios cuyo intendente, Darío Giustozzi, se presenta como candidato en la lista del Frente Renovador es Almirante Brown. Uno de los más polémicos a la hora de la campaña –ya que hasta hace poco tiempo elogiaba con vehemencia las políticas K–, también se jacta de gestión argumentando que mucho de lo que hizo lo hizo solo. Pero, una gran parte de los logros de esa gestión tuvo que ver con la inversión nacional. Por caso, se inyectaron 1.179 millones de pesos para pavimentar 2.000 cuadras, se construyeron siete escuelas, se brindaron 1.200 soluciones habitacionales y se logró la extensión de red de agua potable llevando la cobertura de 29 por ciento a 47 por ciento, beneficiando a 98.000 habitantes. En lo que se refiere a las cloacas, en 2003 sólo el 7,1 por ciento contaba con este servicio y hoy llega a un 8,3 por ciento. Por otro lado, los jubilados y pensionados pasaron de 20.832 beneficiarios en 2003 a 44.254 en 2012, en tanto en la actualidad 46.186 chicos reciben la AUH.
En San Martín, su intendente Gabriel Katopodis, que es candidato suplente en la lista que encabeza Sergio Massa, también insiste en demostrar la grandeza de su gestión. Pero según los datos, el gobierno nacional expandió el servicio de agua y cloacas llevando la cobertura al 85 por ciento de la población (en 2006 era del 47 por ciento). Además, se pusieron en marcha más de 850 soluciones habitacionales, hubo un avance en el mejoramiento de los barrios Cárcova, Villa Hidalgo e Independencia. Se construyeron más de 54.000 metros de veredas y se transfirieron 20 millones de pesos para obras de infraestructura en escuelas.
Por su parte, Sandro Guzmán, intendente de Escobar, que va octavo en la lista del Frente Renovador, hace campaña con el estandarte de su mandato en el Ejecutivo municipal. Lo cierto es que desde la Casa Rosada se invirtieron fondos para la repavimentación de varias rutas, la construcción del barrio “La Memoria, la Verdad y la Justicia”, con 274 viviendas, además de escuelas y alumbrado público en Belén de Escobar, Matheu, Maquinista Savio, Ingeniero Maschwitz y Garín.
Las campañas pueden resultar más o menos simpáticas, convincentes, motivadoras o desalentadoras. Pero son sólo un condimento superficial. El verdadero sabor de una contienda electoral se mide con los hechos. Los espejos de colores serán una constante de acá hasta octubre. El desafío será saber a cuál de ellos mirar.
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