Por Claudio Mardones
Contradicciones entre el bloque de Diputados nacionales y la Legislatura. Macri, desautorizado. Sospechas y acusaciones entre duhaldistas y macristas puros.
La estatización de YPF no sólo impactó duramente en el radicalismo. También agrietó al macrismo y dejó en evidencia las grandes diferencias que existen en su interior, especialmente entre los dirigentes más fieles a las decisiones del jefe de gobierno y el subcontinente pro peronista, la exigua constelación de dirigentes provenientes del duhaldismo y el peronismo disidente que aprovecharon el anuncio de la Casa Rosada para tomar distancia del alcalde Mugrizio Macri.
La primera señal del agrietamiento apareció hace dos semanas, cuando el magnate dio una intempestiva conferencia de prensa matinal y luego de acordarse de su hija recién nacida, anticipó: “Nosotros no vamos a acompañar esta medida”.
Una de las primera voces en poner en duda la estrategia fue el ex candidato Miguel del Sel, que se mostró a favor de la estatización. El hombre reporta al ministro de gobierno Emilio Monzó y sus palabras anticiparon el cisma.
Este viernes, 15 días después, “la directiva de Mugrizio” tuvo un acatamiento tan desigual que reeditó todas las internas y sospechas que estremecen su entorno dentro del Congreso Nacional y la Legislatura Porteña.
En el recinto de la calle Entre Ríos, todos los diputados nacionales del PRO votaron en contra de la sanción de la Ley de Soberanía Hidrocarburífera, mientras que, casi a la misma hora, los ediles macristas no pudieron impedir que el viejo Concejo Deliberante de Perú 130, aprobara, sobre tablas, una declaración de beneplácito por la sanción de la ley.
El texto fue presentado en un momento inesperado por el legislador kirchnerista Dante Gullo e incluye duras críticas a Macri, cuya negativa a apoyar la estatización, “no hace más que corroborar, una vez más, cual es su proyecto de país, un proyecto político en beneficio de los grupos económicos y de vaciamiento del Estado y de sus recursos naturales”.
En rigor, los proyectos de declaración que se transforman en ley, no tienen grandes alcances políticos, aunque en este caso, la sanción del pronunciamiento de Gullo por manos macristas, refrescó la vieja disputa entre los legisladores que se encolumnan detrás del vicepresidente primero Cristian Ritondo, formado en los peores momentos del duhaldismo y los “macristas puros”, en este caso conducidos por la vicejefa María Eugenia Vidal y su presidente de bloque, Fernando De Andreis. Ambos sucumbieron este jueves ante la veloz movida de Gullo y la imprevista vista gorda del ritondismo, sin embargo, un importante funcionario del macrismo no peronista no ocultó su furia por la desautorización que dejó pasar Ritondo y advirtió que “aunque no les guste la posición de Mugrizio, la van a tener que sostener y se van a tener que comer el caramelo de ojos azules, y si no les gusta que busquen pista donde saben que no los van a recibir bien”.
Del otro lado de Avenida de Mayo, dentro de la Cámara Baja, no hubo fracturas, sino una encendida negativa encabezada por Laura Alonso, una macrista de paladar negro. La joven diputada se transformó en la estrella de la prensa española cuando levantó su dedo anular en señal de fuck you contra los militantes del kirchnerismo.
NdR: el reemplazo de Mauricio por Mugrizio al hacer referencia al nombre de pila del alcalde porteño, corre por cuenta de la redacción deCurrín On Line y no del autor de la nota.
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