El radical Mestre reunió en cumbre a una liga de intendentes en Córdoba y debutó con la primer protesta como intendente electo de la Capital. Clarín trastocó todo para pegarle al kirchnerismo.
El retiro espiritual radical de bajo impacto partidario (si es que queda algo de eso) da cuenta más bien de un posicionamiento individual de sobrevivencia ante el nuevo descuartizamiento y no una verdadera coordinación de miradas innovadoras que cambie a la UCR y la salve de los Colorados e hijos de Raúl, más monjes negros ancestrales.
La crónica empieza casi burlonamente con ese slogan de campaña de Alfonsinito, fraguado, falaz, inexacto y además sin apelación real a una fuerza que nunca se infló: "Veinte senadores, 43 diputados, 600 intendentes, un líder”, rezaba el spot de la fallida campaña del mancillador de apellido para las elecciones presidenciales.
La reunión de la Liga de Intendentes del sábado en la localidad de Tanti, en plenas sierras cordobesas, dejó en claro que más allá de disputar poder interno en la próxima Convención Nacional de la UCR, los jefes territoriales del radicalismo quieren formar un bloque desde Jujuy a Tierra del Fuego para negociar obra pública con la presidenta Cristina Fernández.
En medio del desierto orgánico, los huérfanos jefes comunales, que ya antes del 23O abandonaban corriendo al candidato presidencial, ahora quieren salvarse del nuevo hundimiento después del (nuevo) papelón electoral.
Pero Clarín trastoca todo en el caso del hijo de Mestre (otro hijo más y van...), que ganó la intendencia de Córdoba y que viene con todo el arsenal neoliberal y la tradición ajustista de su progenitor, a pesar del fracaso de todas esas recetas en casi todo el planeta (¿o todo?).
"Mientras se desarrollaba la reunión de los intendentes radicales en la casona del jefe comunal electo de Tanti, Luis Azar, llegaron al lugar medio centenar de empleados municipales monotributistas de la Capital que viajaron bajo una persistente llovizna a reclamarle a Ramón Javier Mestre -asumirá la Intendencia de Córdoba el 10 de diciembre- que solucione su situación de precarización a la que son sometidos por el intendente kirchnerista Daniel Giacomino", manipula el diario de Ernestina y Magnetto, porque esos empleados en verdad lo que no quieren es ser despedidos en el marco de los planes de achicamiento del gasto con el cual Mestre cree estar reviviendo los tiempos de la Alianza.
Así las cosas, esta administración asumirá el 10 de diciembre los destinos de una de las ciudades más importantes del país, en el contexto de un radicalismo cordobés cada vez más entregado al neoliberalismo de los globos de Aguad y Durán Barba, estrategia que llevó a decir al vice de Mestre: "No me jodan con los pobres".
Clarín no aprende más. Los radicales tampoco.
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