Ahora resulta que, según el conductor de La Cornisa, Carrió es "una analista política excepcional". No importa que no pueda probar lo que dice ni que sus pronósticos catastróficos jamás se cumplan. Él la quiere igual.
“Elisa Carrió ya casi no tiene votos y su futuro político está en serias dudas. Es una de las grandes derrotadas de las elecciones primarias del pasado 14 de agosto y es probable que le vaya todavía peor en las presidenciales del próximo 23 de octubre”.
Así, con esta correcta caracterización (un poco más que obvia para cualquiera, ciertamente), comienza la última columna de Luis Majul en El Cronista, titulada “Carrió no tiene votos, pero tiene razón”.
Ya desde el título se advierte algo más, también obvio: que Majul empieza su artículo bien -esta vez- pero sigue y termina pésimo. Porque para el conductor de La Cornisa, ocurre que las experiencias de Carrió “la convierten en una analista política excepcional”. Sí, Majul dice esto de Lilita: que es “una analista política excepcional”.
El problema, para Luis, es que “el menemismo primero y el kirchnerismo después desataron sobre ella sendos y exitosos planes de pulverización. La acusaron de loca. De denunciadora oportunista sin pruebas. De pronosticadora y pitonisa sin brújula. Sin embargo, sus señales de alerta siguen siendo tenidas en cuenta por la mayoría de la clase política”.
Así, Carrió es “incapaz de construir mayorías” no porque hace denuncias sin pruebas, porque pronostica sin brújula y pitonisa de catástrofes que no ocurren… No señor: Carrió no destruyó por sí misma lo que pintaba hacia principios de la primera década del siglo; fue “pulverizada”.
Y ahora ha vuelto con otro vaticinio: que “antes de fin de año, el Frente para la Victoria intente discutir, en el Parlamento, dos leyes clave para el proyecto hegemónico de Cristina Fernández y los que pretenden eternizarse en el poder. Una es la que le permita quitar a Clarín y La Nación el control de Papel Prensa, para manejar la producción y el precio del papel de diario. La otra es una reforma constitucional que le otorgue a Ella la posibilidad de ser reelegida de manera indefinida”.
Esto, en lo que Carrió y Majul coinciden, tiene su prueba “irrefutable”: Lilita “mostró en cámara parte de la plataforma del Frente Amplio Progresista (FAP) de Hermes Binner en la que se incluye la propuesta de pasar de un sistema de gobierno presidencialista a uno parlamentario a través de una nueva reforma de la Constitución”. Ahí está la madre del borrego: en la plataforma electoral del FAP aparecen las intenciones de Cristina.
“Carrió puede ser apocalíptica y algunas veces dice lo que la mayoría no quiere escuchar”, explica Majul; en fin: que Lilita suele revelarnos a los mortales lo que no podemos o no queremos ver. Suerte para la candidata de la Coalición Cínica que, a confesión de parte, en Luisito ha encontrado un buen y aplicado alumno.
"Carrió no tiene votos, pero tiene razón", tituló el infeliz. Nosotros, en Currín On Line, hubiéramos titulado diferente: "Carrió no está internada, pero está loca".
Una aclaración respecto de Majul. Días atrás algunos lectores nos preguntaban cómo podía ser que a esta altura del año, Majul no solo no hubiera ganado el premio "La Tenés Adentro", sino que ni siquiera haya estado ternado.
Y la explicación es muy sencilla. La redacción de Currín On Line elige a los ternados entre aquellas personalidades que hayan protagonizado, durante el mes, algún hecho sobresaliente que los haga tenerla adentro. Y el problema de Majul es que no es sobresaliente ni siquiera para ser pelotudo. Es un pelotudo parejito. Es un pelotudo regular, de 5,6 puntos siempre. Es tan infeliz que ni siquiera le da al pinet para ser un pelotudo importante.
Pero, entendiendo el reclamo de los lectores y aceptando que esa regularidad en la pelotudez puesta de manifiesto por Majul merece ser reconocida, hemos resuelto que el estúpido preferido de los ciclistas argentinos integre la terna para el premio "La Tenés Adentro" de este mes.
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