Confirma que Macri ya se bajó de la carrera presidencial y que Alfonsín está mal asesorado. Además, a diferencia de hace no mucho, le da crédito a las encuestas que reflejan una cómoda ventaja a Cristina, que, remarca Majul, "es más presidenta que nunca".
"La indefinición de Macri, el papelón de Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá y las dudas de Fernando Solanas para terminar finalmente de confirmar su candidatura a jefe de gobierno son las razones que explican el triste papel de la oposición. Lo que viene primando, en especial después de la muerte de Kirchner, es el desconcierto y la falta de actitud para plantear una alternativa de cambio". Aunque no lo crea este es un párrafo de un artículo de opinión que el lunes firmó Luis Majul en su columna de El Cronista .
El periodista hipercrítico del gobierno, perece haberse dado un baño de realidad y sentirse solo; es por eso que sale a achacarle a la oposición la impotencia para dar una alternativa electoral: "confunden respeto por la situación de una viuda con imposibilidad de plantear las grandes equivocaciones de este gobierno. Están tan ocupados en resolver sus internitas de salón que descuidaron los asuntos del día a día. Cristina Fernández, mientras tanto, avanza como una aplanadora hacia el triunfo final y se convierte en más presidenta que nunca", arremete Luis.
Asegura que "si las cosas siguen así hasta las elecciones de octubre, Cristina Fernández puede ir preparando su mejor vestido de fiesta para cambiar el luto que lleva desde la desaparición física de Néstor Kirchner. Todo parece indicar que ganaría en primera vuelta, y con un margen suficiente como para ser acompañada por un Senado y una Cámara de Diputados que le hagan la vida política más cómoda todavía". Casi una provocación, una mojada de oreja a los sectores opositores en lo que parecería una desesperada búsqueda de reacción.
El conductor de La Cornisa asegura que Macri ya está fuera de la competencia electoral y que Ricardo Alfonsín es "el candidato" con dos alas de asesores que le marcan el rumbo: "uno de ensueño, voluntarista, donde Ricardo termina reeditando un triunfo épico como el de su padre Raúl en octubre de 1983 hasta uno más realista, en el que pierde la primera vuelta pero gana la segunda, en el apresto final".
En el primero, dice el periodista, "imaginan al secretario de la CGT Hugo Moyano convertido en Herminio Iglesias, aquel peronista histórico que quemó el cajón en el Obelisco y terminó ahuyentando a los indecisos que todavía dudaban entre su padre y el candidato justicialista", episodio que para muchos fue determinante para el triunfo del radical.
Otros, cuenta Majul, son más módicos: "El panorama real de Alfonsín hijo, ahora, es más módico. Tiene enfrente a un gobierno democrático y con recursos casi ilimitados. Muchos argentinos, todavía, no están seguros de su capacidad para gobernar. Otros se preguntan cómo se debe interpretar el hecho de que todavía siga usando los trajes y las corbatas de su padre. Además, él mismo todavía duda entre cuidar más a sus socios del socialismo y del GEN que en empezar a trabajar con Macri sobre un gran acuerdo que le permita ampliar su margen de representación".
El periodista hipercrítico del gobierno, perece haberse dado un baño de realidad y sentirse solo; es por eso que sale a achacarle a la oposición la impotencia para dar una alternativa electoral: "confunden respeto por la situación de una viuda con imposibilidad de plantear las grandes equivocaciones de este gobierno. Están tan ocupados en resolver sus internitas de salón que descuidaron los asuntos del día a día. Cristina Fernández, mientras tanto, avanza como una aplanadora hacia el triunfo final y se convierte en más presidenta que nunca", arremete Luis.
Asegura que "si las cosas siguen así hasta las elecciones de octubre, Cristina Fernández puede ir preparando su mejor vestido de fiesta para cambiar el luto que lleva desde la desaparición física de Néstor Kirchner. Todo parece indicar que ganaría en primera vuelta, y con un margen suficiente como para ser acompañada por un Senado y una Cámara de Diputados que le hagan la vida política más cómoda todavía". Casi una provocación, una mojada de oreja a los sectores opositores en lo que parecería una desesperada búsqueda de reacción.
El conductor de La Cornisa asegura que Macri ya está fuera de la competencia electoral y que Ricardo Alfonsín es "el candidato" con dos alas de asesores que le marcan el rumbo: "uno de ensueño, voluntarista, donde Ricardo termina reeditando un triunfo épico como el de su padre Raúl en octubre de 1983 hasta uno más realista, en el que pierde la primera vuelta pero gana la segunda, en el apresto final".
En el primero, dice el periodista, "imaginan al secretario de la CGT Hugo Moyano convertido en Herminio Iglesias, aquel peronista histórico que quemó el cajón en el Obelisco y terminó ahuyentando a los indecisos que todavía dudaban entre su padre y el candidato justicialista", episodio que para muchos fue determinante para el triunfo del radical.
Otros, cuenta Majul, son más módicos: "El panorama real de Alfonsín hijo, ahora, es más módico. Tiene enfrente a un gobierno democrático y con recursos casi ilimitados. Muchos argentinos, todavía, no están seguros de su capacidad para gobernar. Otros se preguntan cómo se debe interpretar el hecho de que todavía siga usando los trajes y las corbatas de su padre. Además, él mismo todavía duda entre cuidar más a sus socios del socialismo y del GEN que en empezar a trabajar con Macri sobre un gran acuerdo que le permita ampliar su margen de representación".
Hay dos lecturas posibles, a saber: 1º) Majul se está empezando a dar vuelta en el aire como un panqueque; o 2º) Alguien logró hacerle entender a Majul aquello de "cuando la violación es inminente, relájate y goza".
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