EL PRESIDENTE DEL BLOQUE DE DIPITADOS DE LA ALIANZA DE DERECHA CAMBIEMOS, NICOLÁS MASSOT QUEDÓ EN OFFSIDE CUANDO A PRIMERA HORA DE LA MAÑANA DE AYER SE ENTUSIASMÓ CON LAS DETENCIONES A EX FUNCIONARIOS KIRCHNERISTAS Y EL PEDIDO DE DESAFUERO A CRISTINA. HORAS DESPUÉS, EL JEFE DE GABINETE DISCIPLINÓ A LA TROPA Y PRIMÓ LA "PRUDENCIA". LA ESTRATEGIA FUE ESCUDARSE EN LA SUPUESTA INDEPENDENCIA DE LA JUSTICIA.
El régimen macrifascista eligió la estrategia de Bart Simpson: decir "yo no fui". En una reunión encabezada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun Menéndez, con senadores y diputados oficialistas, además de otros funcionarios macrifascistas, se consensuó cuál será la postura oficial ante el pedido de detención de Cristina Fernández de Kirchner: tomar distancia, mantener cautela en las declaraciones y plantear que será un tema analizado en el Senado (allí el bloque de Cambiemos dijo que no será un "obstáculo para la Justicia").
Sólo algunos funcionarios guiados por el antikirchnerismo furibundo, como la incogible titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, o la diputada Graciela Ocaña se pronunciaron sobre el pedido de desafuero. Mugrizio Macri Blanco Villegas, en tanto, evitó el tema en un acto público (ver nota aparte en esta misma edición).
La posición oficial no estuvo exenta de fisuras: antes de que el equipo de comunicación hiciera el trabajo de fijar una postura común, el jefe del bloque del PRO en Diputados, Nicolás Massot, salió a celebrar la decisión de Bonadio. “Celebro que después de años la Justicia esté tomando el toro por las astas y asumiendo su rol”, sostuvo Massot, quien convalidó el criterio de detener a la ex presidenta. "Me resulta muy verosímil que la ex presidenta pueda obstruir el proceso judicial”, destacó.
“El juez no está apartándose de la ley ni un centímetro, el juez está obligado a hacer lo que hizo”, indicó. También se adelantó a decir que el oficialismo votaría a favor el desafuero cuando luego el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, sostuvo que lo iban a estudiar (el pedido tiene no menos de 490 páginas).
La opinión de Massot contrastó con el silencio y la cautela que se vivieron en Casa Rosada. "Está bien demostrado que fue una negociación muy irregular, pero de ahí a Traición a la Patria y prisión preventiva me parece un exceso", opinó un ministro. La posición oficial se fijó en una reunión que tuvo el jefe de Gabinete con Senadores y Diputados. "Era una reunión ya prevista por otros temas", sostuvieron en la Rosada. Estaba originalmente convocada para discutir el cronograma de tratamiento de las reformas que el Gobierno busca que se aprueben en el Congreso.
Como es obvio, el pedido de detención de Cristina Fernández de Kirchner terminó siendo el tema central de la reunión. Allí Peña Braun Menéndez bajó una línea de "prudencia y cautela".
"Esto es una interna peronista sanguinaria. Nos acusan a nosotros, pero eso se lo deberían plantear al PJ y al Frente Renovador. Nosotros no tenemos nada que ver. ¡Lo puedo asegurar!", juraba un funcionario. En el encuentro se analizó qué posibilidades que existen de concretar el desafuero y cuál sería la posición del bloque que conduce Miguel Pichetto, indispensable para conseguir los votos que permitirían quitarle a la senadora la inmunidad de arresto.
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