LA EX SECRETARIA DE MEDIO AMBIENTE MARÍA JULIA ALSOGARAY FALLECIÓ AYER A LOS 74 AÑOS A RAÍZ DE COMPLICACIONES SURGIDAS COMO CONSECUENCIA DE UN CÁNCER DE PÁNCREAS. HABÍA SIDO UN EMBLEMA DEL GOBIERNO MENEMISTA.
María Julia Alsogaray, que en octubre hubiera cumplido 75 años, había estado internada semanas atrás en el sanatorio Los Arcos y había vuelto a su casa donde compartió sus últimos días con su familia y sus amigos.
Era hija de Alvaro Alsogaray, fundador de la Unión del Centro Democrático (Ucedé), ex ministro de Industria y de Economía y máximo defensor del liberalismo ortodoxo en el país durante buena parte del siglo XX.
Estudió ingeniería industrial en la Universidad de Buenos Aires. Su carrera política se inició en 1985, cuando fue electa diputada nacional por la UCEDE (Unión del Centro Democrático).
En 1990, y gracias a las influencias de su padre durante la primera presidencia del turco innombrable, fue designada interventora de la compañía estatal de teléfonos ENTel, donde fue recordada por el aumento de las tarifas telefónicas de manera abrupta.
Sin embargo, María Julia Alsogaray cobró notoriedad pública al asumir al frente de la Secretaría de Medio Ambiente, siempre durante el menemismo, cuando prometió limpiar el Riachuelo en 1000 días, clamando que al término de ese período se tiraría a nadar en el contaminado río.
Entre los hechos más controvertidos de su carrera, también se cuenta su aparición en la tapa de la revista Noticias, insinuando estar vestida solo con un tapado de piel, lo cual le valió fuertes críticas.
Su patrimonio creció de 400.000 a 2,5 millones de dólares estadounidenses durante las presidencias del riojano mufa. En la década del 2000 fue procesada y en mayo de 2004 recibió su primera condena por enriquecimiento ilícito.
En tanto, 2015 fue hallada culpable por "administración fraudulenta en perjuicio del Estado" entre 1995 y 1998 junto con su segundo en esa dependencia, Enrique Kaplan, que fue sentenciado a tres años y tres meses de prisión.
Ese mismo año, Alsogaray fue condenada a cumplir cuatro años de prisión domiciliaria por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 porteño la condenó por "irregularidades en la contratación de pasantes". Enfrentaba ese proceso en libertad condicional, condición que obtuvo a finales de 2016 al cumplir los dos tercios de la condena unificada por las causas en las que fue hallada culpable.
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