LA CADENA DE IMPUESTO QUE CONLLEVA LA FABRICACIÓN DE UN PANTALÓN EN LA ARGENTINA HACE QUE SU VALOR SEA 200 VECES SUPERIOR AL DE UNO QUE SE VENDE EN MIAMI. POR SU PARTE, EN EE.UU. LA ROPA PROVIENE DE PAÍSES DE ORIENTE QUE LE VENDEN A PRECIOS IRRISORIOS Y LE PERMITE MANTENER BAJOS VALORES.
Los tours de compra hacia Chile o Miami ya forman parte de una costumbre argentina que se repite cíclicamente en épocas donde los precios comienzan a trepar sin un techo a la vista. Aunque muchos eligen viajar en busca artículos electrónicos, cada vez son más los que buscan hacerse de un guardarropas completos en el exterior y eligen no comprar en la Argentina.
Sucede que las diferencias de precios son considerables, tal es así que un jean que en Miami se puede conseguir a US$ 20, en un centro comercial local alcanza los $ 2.000. Pero qué es lo que genera esta disparidad de precios que atenta contra los bolsillos de los argentinos.
La conformación del valor final de una prenda depende de diversos factores, los cuales van inflando su precio final. Entre ellos se encuentran:
► Cargas impositivas y laborales: Se considera que en la Argentina, un 27% del precio final es solamente de impuestos. EL IVA ya de por si se lleva el 21% mientras que en los Estados Unidos varía dependiendo de cada Estado, aunque no va más allá del 7% y 9%.
► Costo de producción: insume entre un 20% y 25% del precio final del producto. Aquí entran en juego la materia prima, los costos de fabricación y la ganancia de quienes participan en la mano de obra.
► Costos operativos y desarrollo de marca: Un 20% de la conformación del precio final se lo lleva el diseño, el desarrollo de producto y la publicidad y marketing que requiere el posicionamiento de la marca.
► Costo comercial: Entre un 20 y 25 por ciento se lo lleva el local comercial propiamente dicho. Esto incluye el valor llave del inmueble, la comisión inmobiliaria, las expensas y el fondo de publicidad. Además se debe contemplar un costo financiero que está relacionado con los aranceles sobre la utilización de tarjetas de crédito y los descuento y promociones que realizan los bancos.
De esta ecuación queda comprobado que no sólo se trata de la calidad de la prenda, sino de todas las partes que intervienen en su manufactura. De igual manera cualquier tipo de ropa puede variar de acuerdo a si se adquiere a en una feria ilegal, un comercio barrial o un shopping.
Mercado Global
Actualmente el sector textil local está compuesto mayormente por pymes de poca infraestructura que produce unas 280 mil toneladas de indumentaria por año.
Por su parte, los Estados Unidos sólo consumen el 3% de la ropa que producen, cuando 50 años atrás el mercado interno representaba el 95% de la fabricación. Es decir que hoy en día, el consumo proviene de prendas realizadas en Oriente.
Desde la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) indican que este tipo de consumo y el bajo precio de esos productos se basa en la subcontratación. Los países subdesarrollados con mano de obra barata y prácticamente sin legislación que controle y rija las jornadas laborales son actualmente los grandes proveedores de productos textiles terminados. Entre ellos se encuentra China, Corea, India, Bangladesh y Vietnam.
En un mercado altamente competitivo, el poder de negociación de las marcas premium es cada vez más alto, obligando a los productores a fabricar cada vez más a costos más bajos. En Bangladesh el salario promedio es de US$ 67, en Vietnam US$ 120, en China US$ 250, mientras que en la Argentina puede ubicarse entre los 570 y 900 dólares.
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