domingo, 3 de abril de 2016

Los diputados del PRO se quejan del cepo mediático que les impuso Marcos Peña

EL JEFE DE GABINETE ENVIÓ A TRES DELEGADOS A CONTROLAR TODO LO QUE DICEN LOS LEGISLADORES. PELEAS Y FAVORITISMOS.

El “relato de la alegría” que impulsa el jefe de Gabinete, Marcos Peña, tiene como condición excluyente un férreo control comunicacional sobre cada declaración que realice cualquier integrante de la alianza fascista Cambiemos a los medios.

Para que nadie se corra un centímetro del discurso oficial, en la Cámara de Diputados el jefe de Gabinete nombró a tres jóvenes voceras de su confianza como jefas de prensa del bloque (las tres son familiares de distintas figuras del PRO).

Según pudo saberse, las jóvenes actúan como una suerte de comisarios mediáticos que subordinan a autorizaciones previas de la Jefatura de Gabinete las declaraciones -y sobre todo los silencios- de los legisladores del macrifascismo.

El tema es que esta decisión, como era de esperar, está generando un fuerte malestar en algunos diputados del PRO que ganaron con votos propios y consideran que tienen pergaminos o al menos libertad de pensamiento para decir lo que creen conveniente.

De hecho, las fuentes consultadas cuentan que la relación laboral entre la mayoría de los asesores de los legisladores y los enviados de Peña, que los someten a engorrosos y sobre todo lentos procesos de revisión de cada palabra que van a comunicar, están generando crecientes tensiones.

Desde que asumió Mugrizio Macri y Peña fue erigido Jefe de Gabinete, rige un nuevo código interno mediante el cual los diputados deben informar a la Casa Rosada lo que van a decir y esperar autorización antes de realizar declaraciones a los medios, un ritmo que no siempre se condice con las exigencias de una política tan dinámica como la Argentina y en un cámara donde el PRO es minoría.

Interrogatorio previo

De esta manera, por ejemplo, si un diputado del bloque desea brindar una nota a la prensa, sus asesores tienen que tomarse el trabajo de llenar una planilla de Excel y entregársela a los enviados de Peña.

“Es una especie de interrogatorio previo a la entrevista: se llama 'Grilla Notas Bloque' y se comparte en Google Docs. Te preguntan diversas cuestiones vinculadas a la entrevista como la temática y sobre todo se fijan en las respuestas”, contó una fuente.

En esta línea, otro integrante de la Cámara baja señaló que “suele pasar que si algún diputado está apareciendo mucho en los medios, a gente de Marcos llaman a sus asesores para quejarse y exigirles que dejen de hacerlo sin autorización”.

Esta estrategia desborda incluso lo mediático y se mete en un terreno tan sensible como puede ser la proyección política de los diputados del macrifascismo. Peña dispuso que la comunicación se concentre en el jefe de bloque, Nicolás Massot, que en la práctica es casi el único habilitado a hacer declaraciones a los medios.

Massot, que días atrás hizo su debut en Intratables, monopoliza los debates más visibles, mientras que el resto de los legisladores es forzado a mantener un discreto segundo plano, lo que obviamente atenta contra su proyección política.

Esta estrategia, también está generando roces con los productores de televisión y radio a los que les resulta casi imposible conseguir diputados para sus programas, por fuera de lo que impone el cepo mediático de Peña.

“Siempre nos mandan las mismas figuritas y el mensaje se torna aburrido y monótono porque nunca cambia”, confesó un productor ejecutivo de uno de los programas del “prime time” de la televisión.

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