sábado, 9 de abril de 2016

Otro guiño del Papa a los divorciados

EN SU NUEVA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA INDICA QUE LAS PERSONAS SEPARADAS "SON PARTE DE LA IGLESIA" Y "NO ESTÁN EXCOMULGADAS".

En el documento elaborado entre 2014 y 2015 durante el debate al respecto que hubo en dos sínodos de obispos celebrados en el Vaticano en 2014 y 2015, el Papa puntualizó que "muchos no sienten que el mensaje de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia haya sido un claro reflejo de la predicación y de las actitudes de Jesús que, al mismo tiempo que proponía un ideal exigente, nunca perdía la cercanía compasiva con los frágiles, como la samaritana o la mujer adúltera".

Uno de los asuntos que más se esperaba de este documento es la posición del pontífice sobre los divorciados que se volvieron a casar y que no pueden tomar la comunión. Esta prohibición, que oficialmente se mantiene, a menudo no se respeta. "Los divorciados en una nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas", señaló Jorge Bergoglio y agregó que "los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de escándalo".

Con estas palabras respalda la solución de compromiso aprobada en el sínodo de los obispos de 2015, en el que se instaba a tratar caso por caso para determinar si los divorciados que se han vuelto a casar pueden tomar la comunión tras un periodo de penitencia y guía espiritual por parte de su cura.

Fue menos audaz con respecto a los homosexuales. Dijo que había que respetarlos y no discriminarlos pero se remite a documentos del sínodo para insistir que "no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia".

Asimismo, recordó que "no debería esperarse del Sínodo o de esta Exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos. Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares".

Acerca de las relaciones sexuales, el pontífice abordó la dimensión erótica del amor al asegurar que "de ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos", al tiempo que condenó "cualquier forma de sumisión sexual" y dijo que aprobaba la educación sexual para los jóvenes mientras "cuide un sano pudor" y no sirva para difundir propaganda sobre la contracepción.

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