LAS DESIGNACIONES MINISTERIALES ANUNCIADAS POR LA GOBERNADORA BONAERENSE ELECTA INSINUARON LAS PRIMERAS GRIETAS, A RAÍZ DEL CRECIENTE MALESTAR QUE GENERÓ EN EL RADICALISMO LA AUSENCIA, POR AHORA, DE DIRIGENTES DE ESE PARTIDO EN EL GABINETE.
La euforia por el batacazo de Vidal en suelo bonaerense duró poco en la alianza de derecha Cambiemos y dio paso a incipientes tensiones entre macristas y radicales por la distribución de cargos en el equipo de gobierno para los que hasta el momento suenan figuras del PRO.
La actual vicejefa del gobierno porteño avanza en el diseño de su futuro gabinete bonaerense y tiene casi definido ofrecerle al vicepresidente de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, el sensible cargo de ministro de Seguridad, que hasta diciembre ocupará Alejandro Granados.
En declaraciones periodísticas, Vidal confirmó que Hermán Lacunza estará al frente del Ministerio de Economía; Leonardo Sarquis, en Agricultura; y su principal operador político, Federico Salvai, en algún área política. Además, no descartó que Jorge Macri se desempeñe como jefe de Gabinete, que el ex titular de la Policía Metropolitana Eugenio Burzaco ocupe un rol en Seguridad; y que el ministro porteño Edgardo Cenzón se haga cargo de Infraestructura.
En la UCR bonaerense, que conduce Ricardito Alfonsinito, comienza a inquietar la exclusión de dirigentes del partido en el futuro gabinete de Vidal y ya trasladaron su preocupación al titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, principal impulsor del acuerdo con el PRO.
En ese contexto, la cúpula de la UCR salió a marcarle la cancha al PRO y destacó su "aporte fundamental" a los resultados de Cambiemos en las elecciones del domingo último, que le valieron a Mugrizio Macri la posibilidad de disputar en balotaje la Presidencia con Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria (FpV).
"Por ahora la bronca está encorsetada, pero después del 22 algo fuerte va a pasar", dijo en estricto off de récord un dirigente de la UCR bonaerense, quien en una frase tradujo el estado de ánimo de los correligionarios: "los macristas laburan para ellos mismos; te pagan, pero poco".
Más allá de los cargos, entre los radicales preocupa que el macrismo termine por cooptar al partido entero en la provincia, ya que "billetera en mano" será Vidal quien distribuya los recursos a las 43 intendencias bonaerenses que, con los resultados de pasado domingo, quedaron en manos del radicalismo, graficó otro encumbrado dirigente.
La buena performance de la alianza de derecha Cambiemos en los comicios del domingo pasado le sirvió a Sanz (principal promotor del acuerdo con el PRO) para revalidar, al menos hasta el momento, su liderazgo hacia el interior de la UCR de cara a la pelea por la nueva conducción del partido en diciembre próximo.
De todos modos, la suerte del titular del Comité Nacional está atada al resultado del balotaje: una victoria de Macri sobre Scioli le permitiría al mendocino mantener su supremacía puertas adentro de la UCR y sostener la disciplina interna ante un eventual gobierno de la coalición conservadora.
Por el contrario, el triunfo del candidato del Frente para la Victoria pondría al senador nacional en aprietos ante la ascendente figura de Gerardo Morales, gobernador electo de Jujuy, tras un holgado triunfo electoral en ese distrito.
Junto al senador electo por Mendoza, Julio Cobos, y al diputado Alfonsinito, Morales fue un férreo opositor al armado electoral con el PRO y, aunque luego se alineó con la decisión orgánica del radicalismo, podría aprovechar una eventual derrota del líder del PRO para retomar el control del partido a nivel nacional.
Atento a ello, Sanz, afirmó ayer que los resultados de las elecciones nacionales del domingo "cerraron definitivamente las heridas de Gualeguaychú", en referencia a la convención radical en la que se decidió el apoyo a Macri como candidato a presidente.
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