El candidato electo por el kircherismo participó del acto convocado por la Junta Electoral. La mayoría de los opositores consagrados pegó el faltazo e insiste en que se cometió fraude.
Un mes después de las elecciones que derivaron en una disputa judicial que provocó una crisis institucional en Tucumán, Juan Manzur recibió esta anoche su diploma de gobernador electo junto con su compañero de fórmula, Osvaldo Jaldo.
El acto fue en la sede de la Junta Electoral, con militantes que armaron una nueva celebración. Las anteriores habían sido al término del escrutinio definitivo, que dio ganador al Frente para la Victoria por 11,7 puntos, y luego de que la Corte Suprema local revocara la nulidad de las elecciones -el radical José Cano denunció una presunta asociación ilítica para cometer fraude- y así se allanara el camino para su proclamación.
"Las elecciones ya pasaron, ya está. Nosotros no tenemos rencores. Hay que desterrar la intolerancia y trabajar todos juntos por Tucumán", aseguró Manzur y adelantó un nuevo acto para dentro de tres semanas, ya cerca de las presidenciales. "El 17 de octubre vamos a festejar a lo grande", adealntó y se mostró convencido de que "la fórmula Scioli-Zannini va a ganar en primera vuelta".
El acto estuvo encabezado por Antonio Gandur -titular de la Corte Suprema y la Junta Electoral provincial-, y también recibieron los certificados los intendentes y legisladores electos.
La mayor parte de los opositores no asistieron: de los cuatro intendentes electos sólo fue uno, el radical Sebastián Salazar, de Bella Vista. No estuvieron el amayista Germán Alfaro (electo en Capital) ni la senadora nacional radical Silvia Elías, elegida legisladora local, entre otros.
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