martes, 22 de septiembre de 2015

En Cuba, Francisco invitó a "ver más allá de la categoría social a la que podamos pertenecer"

El Papa lo pidió ayer, durante su segunda misa en Cuba, en la ciudad de Holguín, ante miles de personas que lo aguardaron en la plaza Calixto García.


El sermón de la misa versó sobre la necesidad de mirar más allá de las clases sociales, discurso que Francisco trazó en base a las enseñanzas de Jesús a Mateo al recordar que los publicanos -recaudadores de impuestos- eran "traidores para el pueblo: le sacaban a la gente para dárselo a los otros".

Sin embargo, Jesús "lo miró con misericordia y lo invitó a seguirlo", recordó el pontífice, y ese encuentro, "ha transformado a Mateo, y atrás queda el banco de los impuestos, el dinero y su exclusión", porque "encontró la alegría en el servicio".

Francisco pronunció esta hoilía ayer, en la plaza Calixto García de Holguín, que posee la diócesis más cercana a la Base Naval de Guantánamo, en donde hizo un llamado a trascender las clases sociales en pos de la cultura del encuentro. Allí, invitó a seguir el ejemplo de Mateo, quien, tras seguir a Jesús aprendió que "sus conciudadanos no son aquellos a los que se vive, se usa y se abusa".

En lo que pareció ser una metáfora dirigida a los pueblos cubanos y estadounidenses, se preguntó, recordando el "desafío" de Jesús, "¿crees que es posible que un recaudador se transforme en servidor? ¿Que un traidor se vuelva un amigo? ¿Que el hijo de un carpintero sea el hijo de Dios?"

La misa fue acompañada por un coro cuyos miembros, vestidos con remeras azules y sombreros confeccionados por un artesano cubano, agitaban eufóricos banderas de la isla y del Vaticano mientras entonaban canciones con ritmos caribeños.

El pontífice arribó a la plaza Calixto García a bordo del papamóvil y fue ovacionado por miles de personas que aguardaban su saludo tras la valla -algunos con banderas argentinas-, y la aclamación se hizo sentir más aún cuando el pontífice saludó especialmente a niños y enfermos.

Tal como lo hizo el domingo en La Habana, permaneció notablemente eufórico en el recorrido hacia la plaza -mirando y sonriendo a los fieles- en donde lo esperaba un estrado cuyo color predominante es el azul, adornado con unas brillantes rosas rojas sobre la superficie.

Miles de abanicos ayudaban a los presentes a soportar el calor sofocante de Holguín, una de las ciudades más orientales de Cuba, a la que Francisco arribó ayer por la mañana y de la que partió a las 16.30 (17.30 hora argentina) rumbo a Santiago de Cuba, el tercer y último lugar que visitará durante su gira en Cuba.

Francisco dedicó un párrafo a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba: "le pido que mantenga sobre todos y cada uno de los hijos de esta noble nación su mirada maternal: que ella nos guarde a todos como cuidó a Jesús en su amor y que nos enseñe a mirar a los demás como Jesús nos miró a cada uno de nosotros".

En Holguín visitará la Loma de la Cruz, un accidente geográfico situado a 261 metros sobre el nivel del mar en donde se montó una gran cruz de madera, y se convierte en uno de los símbolos que identifican a la Ciudad.

Posteriormente se trasladará a Santiago de Cuba en donde visitará el santuario de la Virgen de la Caridad del Pobre y hoy dará la misa allí, previo a partir hacia Estados Unidos.

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