Mientras Macri ensaya una salida hacia la "peronización", la publicación de los millonarios contratos que beneficiaron al candidato a diputado provocó desobediencias, dudas sobre el manejo del conflicto y sospechas que recaen en el periodista. El "salvavidas de plomo" de Vidal y la nueva campaña PRO.
Luego de afrontar casi dos semanas de pesadillas -y malas sorpresas- por el caso Niembro, el alcalde porteño saliente y candidato presidencial de la alianza Cambiemos, Mugrizio Macri, prefirió el sábado hablar de sus sueños para descongelar su campaña proselitista. "Sueño con liderar a todos los argentinos, a los peronistas que están descontentos con el Frente para la Victoria, a los socialistas, a los partidos de izquierda, a nuestros líderes sindicales que quieren más trabajo, a nuestros emprendedores", pronunció el candidato en el barrio porteño de Flores.
Tal como estaba previsto por su equipo de comunicación, eludió mencionar alguna palabra sobre el periodista, empresario y candidato Fernando Niembro, pero se comprometió a impulsar "un Estado inteligente, presente, transparente, que rinda cuentas y que resuelva los problemas concretos". Los mensajes fueron pronunciados dentro del lanzamiento de tres desafíos programáticos: "Pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir a todos en la Argentina".
Sin aludir al primer candidato a diputado bonaerense de Cambiemos, el ex hijastro de Flavia Palmiero reanudó su campaña. La retomó sin Niembro, pero puso sobre sus espaldas los dos temas más dañados por el escándalo: la seducción del voto peronista y las dudas que giran en torno a la presunta transparencia de la gestión porteña, un punto que entró en crisis desde que este diario reveló que los vínculos de Niembro con el PRO fueron más económicos que políticos, gracias a los 27,3 millones de pesos que La Usina Producciones y la Escuela Superior de Ciencias Deportivas le facturaron a las arcas públicas mediante contrataciones directas y decisiones de urgencia que no fueron publicadas en el Boletín Oficial.
Recalculando
"María Eugenia (Vidal) no la está pasando para nada bien, ella no es millonaria y puede explicar cada uno de sus bienes, pero ahora, de repente, tiene que cargar con un salvavidas de plomo que le puso Macri", se quejan desde el armado bonaerense del PRO, luego de asumir que las últimas dos semanas estuvieron signadas por una polémica inesperada: "¿Qué hacer con Niembro?".
El dilema no ha sido resuelto, pero las intrigas que rodean al empresario fundador de La Usina y de la Escuela de Ciencias Deportivas son directamente proporcionales a las explicaciones que Niembro se ve obligado a repetir ante el ejército de funcionarios que ahora lo contienen, le preguntan sobre sus operaciones y lo entrenan para defenderse ante los medios.
En el macrismo temen que la vidriosa trayectoria de Niembro siga generando sorpresas negativas, especialmente porque no hay precisiones determinantes sobre el momento en que se desprendió de las empresas y por las coincidencias que existen entre su desembarco en el PRO, durante 2012, y la creación de La Usina. Ambos hitos están separados por una semana de tiempo, un dato que intriga tanto a los investigadores, como el prematuro ingreso de la Escuela de Periodismo al padrón de proveedores porteños desde 2008, cuando el ente comenzó a brindar cursos de ofimática e inglés a distintos ministerios de la mano de los ministros Néstor Grindetti (Hacienda) y Guillermo Montenegro (Justicia y Seguridad).
Ante esas incógnitas que siguen sin respuestas, dentro del PRO ya miden el alcance del plan para reducir daños: los coletazos dentro de la Legislatura, a pesar del pedido de informes de la semana pasada, podrían surgir recién dentro de 40 días. "A la campaña nacional le queda un mes y medio, y si el escándalo crece, vamos a tener más inconvenientes que los que tuvimos en estas dos semanas", confía un influyente funcionario que analiza el tema todos los días con Macri. "Yo no voy a defender a la empresa de Niembro, eso es un asunto de él, pero te puedo asegurar que no se violó ningúna norma", aseguró el funcionario, sin poder advertir si las operaciones denunciadas por este diario fueron correctamente publicadas. "El gobierno no hizo ninguna irregularidad para que Niembro ganara las compulsas publicitarias, pero es cierto, el caso nos tomó por sorpresa y estamos contestando lo más rápido posible", se justificó el vocero.
Detrás de esa cortina, en algunos ministerios increpan a Niembro, "porque cuando iba por los ministerios embolsando contratos nadie le decía que no". La frase, cargada de malestar, confirma un dato que también se preguntan los investigadores: "¿Cómo hizo Niembro para que La Usina sumara tantos ministerios y tantos servicios en estos años?". Algunos apuntan a su socio y amigo Alberto Meza, porque controlaba todos los resortes de las operaciones y porque iba a cada repartición invocando el nombre de su socio y del alcalde.
Cono de sombra
"El PRO no tiene motivo alguno para pedirle a Niembro que se baje y el gobierno porteño concluyó que no se cometió ninguna irregularidad", contestaron tajantes ante la consulta de la prensa en nombre de Macri. La instrucción del alcalde saliente es minimizar el daño que provocó el escándalo y "bancar a Fernando". Fue el único mensaje que soltó el hijo bobo de Franco Macri hacia el interior del PRO cuando estalló el tema. Luego vino el temor, las dudas sobre la palabra del periodista (que no han cesado) y una creciente crisis de liderazgo del candidato presidencial para conducir el cimbronazo interno de su partido.
Las luces de alarma surgieron cuando varios referentes del PRO se negaron a poner las manos en el fuego por Niembro. Entre los desobedientes están Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, Federico Pinedo y hasta Gabriela Michetti, que no se congraciaron con el empresario–candidato y trizaron la defensa monolítica que había reclamado el jefe político.
El espaldarazo orgánico no ocurrió hasta una semana después, pero sigue siendo tenue. Niembro ya no tiene a su cargo el papel de “primer vocero” del PRO en Provincia y fue reemplazado por Carlos Regazzoni, candidato a intendente de Almirante Brown y funcionario del ministro Esteban Bullrich. El enroque busca rodear el caso Niembro y “migrar hacia la peronización”, un paso previsto hace 15 días que ahora reanudará la búsqueda de puentes con el peronismo disidente en Mendoza, Tucumán, Buenos Aires y la capital. Para el 8 de octubre Macri inaugurará un busto de Perón junto a Gerónimo “Momo” Venegas, aunque la foto estaría completa, en los sueños del alcalde, con la presencia del líder de la CGT Hugo Moyano, principal destinatario de los acercamientos del PRO con "los portadores de peronismo sano".
El obstáculo para lograr ese encuentro sería otro peronista: el propio Niembro, que por ahora seguirá en la lista, y en la campaña, pero su presencia, además de ahuyentar votantes, estaría restando aliados que ya no miran a Macri con los mismos ojos.
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