Alejandro Vanoli, presidente del Banco Central, aseguró que continuará la "flotación administrada" del tipo de cambio y destacó que el Gobierno no cedió a las presiones devaluatorias. "Todo intento de control es presentado como un ataque, cuando lo cierto es que el Estado cumple las leyes", subrayó.
El presidente del Banco Central, Alejandor Vanoli, aseguró ayer que "no va a haber una devaluación" el año que viene, pero advirtió que eso no significa que el tipo de cambio se mantenga fijo sino que el Gobierno continuará con su política de "flotación administrada", pero "sin ceder a las presiones y cumpliendo las leyes".
"Dar certidumbre y confianza de que no va a haber una devaluación no quiere decir que el tipo de cambio se va a mantener fijo", aclaró Vanoli en declaraciones radiales y explicó que "el objetivo del BCRA es mantener lo que se denomina la flotación administrada. La Argentina no tiene un tipo de cambio fijo, en estos últimos años ha mantenido esta política. En estas circunstancias y dado el ataque especulativo era necesario anclar las expectativas y dar certidumbre a que el país no iba ser llevado a una devalaución".
Según Vanoli, el conjunto de medidas tomadas luego de la renuncia de Juan Carlos Fábrega se basa en la "decisión política de no ceder a las presiones devaluatorias" y en la orden de "tomar todas las medidas para que esa decisión se pudiera cristalizar".
En ese sentido, detalló que "implicó distintas medidas como buscar ingresos, acuerdo con los exportadores, el swap con China. El Estado nacional buscó generar otros ingresos, en un contexto de de endeudamiento, y por supuesto el tema de tratar que estas expectativas alimentadas por el mal uso del contado con liquidación se pudiera controlar. Los resultados están a la vista: esta operatoria se desarmó y las expectativas de devalaución se derrumbaron por sí mismas".
Para el titular del BCRA "hubo una campaña por la que se inducía a dolarizar creando miedo en un contexto donde no solamente esta este fallo del juez Griesa sino que también se dan un conjunto de factores de la economía mundial como recesión de los países vecinos y caída de los commodities" y uno de los motivos por los cuales las corridas no proesperaron es porque Argentina tiene superávit fiscal, una situación fiscal manejable y por ende "no había situaciones objetivas que alimentara ese pánico que se había instalado a partir de el clima del problema de la deuda".
Sin embargo, las medidas adoptadas por el gobierno fueron duramente criticadas por economistas opositores, en general de corte liberal, reproducidas en los principales medios de comunicación.
"Se intenta desnaturalizar todo intento de control del Estado, que se lo presenta como un avance y un ataque, cuando lo cierto es que los organismos del Estado hacen lo que tiene que hacer: cumplir las leyes", afirmó Vanoli y agregó que "en todos los países desarrollados se están tomando estas medidas".
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