Lo afirmó el canciller Héctor Timerman, en referencia a los planes de la ex Botnia de aumentar su caudal de trabajo en la fábrica instalada sobre el río Uruguay. “Es algo que aumentaría la contaminación”, planteó.
El canciller argentino, Héctor Timerman, aseguró ayer que el gobierno argentino será "inflexible" en su rechazo a que la pastera UPM (ex Botnia), instalada sobre el fronterizo río Uruguay, incremente su producción como ha solicitado, ya que eso "aumentaría la contaminación".
El titular del Palacio San Martín acusó además a la firma finlandesa de pretender hacer "pelear" a los gobiernos argentino y uruguayo para "conseguir un aumento de sus ganancias sin hacer las inversiones" necesarias para evitar una afectación del medio ambiente.
"No es un problema entre Uruguay y Argentina; es un problema de la empresa que quiere presionar a los gobiernos de Uruguay y Argentina, hacerlos pelear, para conseguir un aumento en sus ganancias, sin hacer las inversiones y el cuidado medioambiental al que está obligado", sostuvo Timerman en declaraciones radiales.
Por lo tanto, consideró que hoy "el tema es no aceptar las presiones del grupo finlandés, extranjero, que no es ni uruguayo ni argentino".
El canciller recibió ayer al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, para tratar el tema del pedido de incremento del volumen de producción formulado al gobierno uruguayo por la fábrica instalada en Fray Bentos. Esta posibilidad es rechazada por los asambleístas de Gualeguaychú, que retomaron sus manifestaciones y amenazaron con volver a cortar el puente internacional.
UPM anunció que iniciará la parada anual de la planta el próximo sábado, ya que completó la producción de este año de 1,1 millón de toneladas de pasta celulosa.
En un comunicado difundido días pasados puntualizó que "el reinicio de las operaciones de la planta está previsto para el miércoles 25 de setiembre", pero advirtió que "esto está sujeto a la aprobación del permiso por parte del Estado (uruguayo) para incrementar su producción de 1.1 a 1.3 millones de toneladas anuales, de lo contrario la planta no podrá reiniciar su actividad hasta el mes de noviembre".
El gobierno de José Mujica admitió su preocupación por los puestos de trabajo que se verán afectados en dos meses de parate de la planta, ya que la firma se hará cargo del pago de los salarios de sus trabajadores, pero no así de los empleados de los establecimientos forestales y de transporte que prestan servicios a la compañía.
El canciller argentino remarcó que el Tratado del Río Uruguay firmado por ambos países "impide que unilateralmente se modifiquen las condiciones ambientales del río y aumentar la producción es modificar las condiciones ambientales".
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