La Presidenta encabezó ayer el acto en el que se adjudicaron a la Unión Transitoria de Empresas (UTE) -conformada por las empresas argentinas Electroingeniería e Hidrocuyo, y la firma china Ghezouba- las obras, que contarán con una inversión de más de $ 22.000 millones.
“Esto se ha hecho con absoluta transparencia y es la primera vez que se consigue financiamiento” para el proyecto, destacó la Presidenta al recordar los antecedentes de la futura obra, cuya convocatoria inicial fue bajo el formato de iniciativa privada en 2008, a lo que luego se sumó una licitación pública en 2010.
“Las obras públicas no se ganan con lobbies ni con denuncias contra otras empresas”, afirmó Cristina, a lo que agregó que un comportamiento de ese tipo “no es una buena conducta empresaria”.
Durante su discurso, que comenzó pasadas las doce del mediodía y se extendió por espacio de una hora y media, la Presidenta destacó las ventajas del financiamiento obtenido para el proyecto, que alcanza el 100% y un 21% adicional en concepto de IVA, lo que alcanza la suma de 22.296 millones de pesos, por debajo del presupuesto tope fijado por el Estado nacional de 24.300 millones.
El monto será financiado por las entidades chinas China Development Bank (85% del monto) y el Bank of Communication (el 15% restante), a una tasa de interés Libor más 3,8% adicional.
El 76% del crédito será remitido a Argentina en concepto de certificados de obras, y el 24% restante permanecerá en cuentas chinas que actuarán como agentes de pago de los proveedores de maquinarias y otros bienes de capital.
El único gasto que afrontará el Estado argentino es una prima de financiamiento del 7% del total de las obras, medida exigida por las autoridades chinas para el desembolso del dinero.
Según cálculos del Ministerio de Planificación, la puesta en marcha de las dos centrales hidroeléctricas posibilitará un ahorro de 1.300 millones de dólares por año en importación de combustibles.
Una vez finalizadas, las represas sobre el río Santa Cruz generarán una potencia total de 1.740 Megawatts, lo que implica un crecimiento del 10% en la matriz de origen hidroeléctrico, y un aporte de 4,7% al Sistema Interconectado Nacional.
Según explicó la jefa de Estado, el 40% del valor del proyecto estará destinado a la mano de obra, que alcanzará 6.900 puestos de trabajo. De esa cifra, el 70% (4.830) serán ocupados por trabajadores santacruceños.
Del acto participó el presidente de Ghezouba, Ren Jianguo, con quien la Jefa de Estado mantuvo un breve diálogo al finalizar la ceremonia.
Estuvieron presentes los ministros de Planificación, Julio De Vido; de Economía, Hernán Lorenzino; de Trabajo, Carlos Tomada; de Industria, Débora Giorgi; y de Seguridad, Arturo Puricelli; el viceministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli; el secretario de Obras Públicas, José López; el secretario de Seguridad, Sergio Berni; y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.
En las primeras filas del salón de actos del Obispado de Santa Cruz también estuvieron, entre otros, los empresarios Héctor Méndez (UIA), Eduardo Eurnekian (CAC), Jorge Brito (ADEBA), Enrique Wagner (Cámara de la Construcción), Osvaldo Cornide (CAME) y Juan Carlos Lascurain (ADIMRA).
Asimismo, participaron del acto los sindicalistas Antonio Caló (CGT-UOM), Hugo Yasky (CTA-CTERA), Ricardo Pignanelli (SMATA) y Gerardo Martínez (UOCRA), además del diputado Carlos Heller, el presidente del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega y los embajadores de Venezuela, Carlos Martínez Mendoza, y de China, Yin Hengmin.
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