Ahora desde Perfil, el exconductor de Día D se despachó contra la Presidenta y cuestionó la creación de un mito alrededor de Néstor Kirchner. El riesgo del microclima periodístico.
En ocasión del fallecimiento del expresidente Néstor Kirchner, Lanata almorzó con Mirta Legrand y allí reconoció no haber tenido en cuenta la cantidad de jóvenes que adherían al proyecto del Gobierno Nacional, así como la masa de gente que se acercó al funeral.
El periodismo y los periodistas corren, siempre, un riesgo de la profesión: ser carcomidos por el microclima. Esto es, extrapolar impresiones personales, de alguien hiperinformado, al resto de los mortales.
Eso es lo que reconocía el fundidor de Crítica cuando admitía no haber visto antes la cantidad de jóvenes que apoyaban al kirchnerismo.
Ahora, el impresentable Lanata vuelve a caer en las redes de la misma trampa y ve al "mito" de Kirchner como una construcción vertical impulsada por Cristina Kirchner. Como si las masas fueran permeables a cualquier mensaje emitido y aceptaran la construcción de un mito en forma pasiva, sin resistencia. Difícil de hacer un análisis sobre un reduccionismo de tal magnitud.
Dice Lanata: "La devastadora y prematura muerte de Néstor la cambió y al final el dolor encontró un equilibrio y -sostienen algunos cercanos- también una liberación. Finalmente Ella era sin El. Este proceso pudo desarrollarse, en paralelo, con el experimento de entronización de Néstor y la creación del mito. Este Néstor, El, el Nestornauta, el Néstor del majestuoso y exagerado mausoleo de Río Gallegos, es un invento de Cristina. El capítulo 1 del Relato necesita esa épica, que comenzó con una cuidada y premeditada transmisión del velorio y tuvo su preestreno con el despliegue de Fuerza Bruta en el Bicentenario y con Tecnópolis luego".
¿Cómo explicaría Lanata entonces la plaza llena el 27 de octubre de 2010? ¿Se construyó el mito más rápido de la historia? ¿O se trató de una manifestación popular de esas que sorprenden a los analistas de escritorio, pucho y café?
La figura de Néstor, antes que un mito creado a través de un discurso oficial, fue recuperada por el pueblo que vio transformar su vida cotidiana y le atribuyó parte del mérito a un político, a un expresidente. Sobre esa base se apoya la interpelación que Cristina hace de Néstor, sin ese basamento la creación automática de un mito como propone Lanata sería imposible.
Los medios, para los que hoy trabaja el fundador de Crítica fueron quizá más responsables en la creación de un mito. La demonización constante, el señalamiento, la saña con que se trató a Néstor Kirchner y su posterior muerte fueron claves en el enaltecimiento de su figura.
Si el populismo consiste en interpelar al pueblo, eso es lo que hace Cristina. No crea un mito, lo recoge de donde ya estaba.
"Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria", dijo Eva Perón. Parece un buen momento para recordar la frase.
Casi nos animamos a decir que Lanata ya está dejando de darnos bronca y nos está empezando a dar mucha lástima y mucha pena. No quedan dudas a esta altura de los contencimientos, que Lanata es al periodismo lo que Carrió es a la política.
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