Ya como vocera de las patronales rurales más que como candidata presidencial de la Coalición Cínica, Elisa Carrió volvió con uno de sus vaticinios catastróficos: ahora dice que se viene otra 125.
Reapareció Lilita y, como se ve, no aprendió nada. El castigo del electorado en las urnas, con el magro resultado obtenido en las PASO, al parecer no hicieron mella en su increíble capacidad para realizar vaticinios catastrofistas que luego, indefectiblemente, no se cumplen.
Ahora, para brindar su apoyo a los candidatos a legisladores de la CC, particularmente al presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Llambías, salió a decir que "es muy posible que el Gobierno intente subir las retenciones" a las exportaciones agropecuarias.
Por eso, indicó, “hoy más que nunca es decisivo que haya diputados que defiendan al campo", o, más bien, que defiendan a las grandes corporaciones y patronales rurales que incluso en agosto terminaron por darle la espalda.
Luego de señalar su “preocupación” por la “situación internacional” y mostrarse sorprendida porque “nadie en la Argentina está siguiendo con interés la crisis", Lilita afirmó que “si el país pierde recursos por las bajas en los precios internacionales es muy posible que el Gobierno intente subir las retenciones, por eso es decisivo que haya diputados que defiendan al campo en el Congreso".
Intentando hacer retroceder las ruedas de la historia al periodo preindustrial, Carrió aventuró: "Los argentinos saben que la prosperidad de las ciudades depende exclusivamente del campo, por eso hay que defenderlo en el Congreso".
Carrió defiende "al campo" (léase patronales agroterratenientes). El problema es quién nos defiende a nosotros de Carrió.
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