La defensa de la Ley de Medios Audiovisuales por parte del ministro de la Corte y la fuerte crítica que realizó a los juzgados que beneficiaron con amparos al Grupo Clarín, son las claves para entender lo que se transformó en un "escándalo político".
La defensa de la Ley de Medios Audiovisuales realizada por el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Raúl Zaffaroni, explica en buena medida el "escándalo político" -como el mismo juez lo definió- en que Clarín y otros medios monopólicos transformaron la noticia sobre las propiedades del juez.
El año pasado, Zaffaroni había cuestionado fuertemente a los juzgados que beneficiaron al grupo con medidas de amparo. "Hubo una violación reglamentaria de las Cámaras”, había dicho al referirse al accionar de los camaristas que trataron recursos contra la Ley. “Es una grosería que afecta al derecho republicano”, sostuvo.
Al mismo tiempo, Zaffaroni había estimado entonces que “el Consejo de la Magistratura deberá decidir si los camaristas tienen que pasar por juicio político”. La Corte consideró que “una cautelar que suspende la vigencia de la totalidad de una ley con efectos generales para toda la población es incompatible con la división de poderes y la razonabilidad”, explicó.
Ahora, Zaffaroni afirmó que "resulta ridículo que piensen que haría negocios inmobiliarios semejantes para ganar 1.500 pesos" y dejó en claro que lo situaron "en un escándalo político en medio de una campaña electoral", al responder sobre las denuncias relacionadas a la utilización de departamentos de su propiedad para el funcionamiento de prostíbulos.En diálogo con Radio Nacional, el magistrado calificó el hecho como "un despropósito tan grande que no cabe ni en el cielo ni en la tierra", y agregó que por el tono de las acusaciones "me tratan de tonto y oligofrénico, porque si después de 40 años pretendiera hacer una actividad ilícita, no la voy a hacer en propiedades a mi nombre".
"Considero que la primera intención fue generarme una desestabilidad psicológica, pero una cosa es tratarme de corrupto y otra de idiota. Sólo digo que si la comisión de Diputados quiere hacerme preguntas no tengo ningún problema, están los contratos, los precios de los mismos y yo no firmé ninguno porque hubo una inmobiliaria de por medio", resaltó Zaffaroni.
A la vez, se mostró preocupado por "la nimiedad con la que se trató el tema", y dijo que nunca imaginó encontrarse "en un vendaval político que nunca provoqué".
Zaffaroni relató además que la contratación con las inmobiliarias se hacía a través de su apoderado Ricardo Montivero, aunque aclaró que "hasta ahora lo único que hay es un delito de desnaturalización del contrato civil, del cual soy víctima, porque me perjudica en relación a mi inmueble".
"El ejercicio de la prostitución no es delito y no así la trata, que es otra cosa y por eso hay que tener mucho cuidado, más allá que no me hace ninguna gracia que sucedan estas cosas en una propiedad mía por una cuestión ética o jurídica".
Por otra parte, aclaró que "jamás" firmó los contratos de los departamentos sospechados y que "nunca nadie me mandó cartas documentos desde los consorcios, porque de haber sido así me hubiera enterado y habría pedido que me negocian la desocupación del inmueble para evitar llegar a un juicio de desalojo".
Por último, Zaffaroni señaló que "lo único que quiero es que me devuelvan los inmuebles, y no sé si hay delito o no porque eso le corresponde a la justicia, que me gustaría que termine con esto de una vez por todas".
El año pasado, Zaffaroni había cuestionado fuertemente a los juzgados que beneficiaron al grupo con medidas de amparo. "Hubo una violación reglamentaria de las Cámaras”, había dicho al referirse al accionar de los camaristas que trataron recursos contra la Ley. “Es una grosería que afecta al derecho republicano”, sostuvo.
Al mismo tiempo, Zaffaroni había estimado entonces que “el Consejo de la Magistratura deberá decidir si los camaristas tienen que pasar por juicio político”. La Corte consideró que “una cautelar que suspende la vigencia de la totalidad de una ley con efectos generales para toda la población es incompatible con la división de poderes y la razonabilidad”, explicó.
Ahora, Zaffaroni afirmó que "resulta ridículo que piensen que haría negocios inmobiliarios semejantes para ganar 1.500 pesos" y dejó en claro que lo situaron "en un escándalo político en medio de una campaña electoral", al responder sobre las denuncias relacionadas a la utilización de departamentos de su propiedad para el funcionamiento de prostíbulos.En diálogo con Radio Nacional, el magistrado calificó el hecho como "un despropósito tan grande que no cabe ni en el cielo ni en la tierra", y agregó que por el tono de las acusaciones "me tratan de tonto y oligofrénico, porque si después de 40 años pretendiera hacer una actividad ilícita, no la voy a hacer en propiedades a mi nombre".
"Considero que la primera intención fue generarme una desestabilidad psicológica, pero una cosa es tratarme de corrupto y otra de idiota. Sólo digo que si la comisión de Diputados quiere hacerme preguntas no tengo ningún problema, están los contratos, los precios de los mismos y yo no firmé ninguno porque hubo una inmobiliaria de por medio", resaltó Zaffaroni.
A la vez, se mostró preocupado por "la nimiedad con la que se trató el tema", y dijo que nunca imaginó encontrarse "en un vendaval político que nunca provoqué".
Zaffaroni relató además que la contratación con las inmobiliarias se hacía a través de su apoderado Ricardo Montivero, aunque aclaró que "hasta ahora lo único que hay es un delito de desnaturalización del contrato civil, del cual soy víctima, porque me perjudica en relación a mi inmueble".
"El ejercicio de la prostitución no es delito y no así la trata, que es otra cosa y por eso hay que tener mucho cuidado, más allá que no me hace ninguna gracia que sucedan estas cosas en una propiedad mía por una cuestión ética o jurídica".
Por otra parte, aclaró que "jamás" firmó los contratos de los departamentos sospechados y que "nunca nadie me mandó cartas documentos desde los consorcios, porque de haber sido así me hubiera enterado y habría pedido que me negocian la desocupación del inmueble para evitar llegar a un juicio de desalojo".
Por último, Zaffaroni señaló que "lo único que quiero es que me devuelvan los inmuebles, y no sé si hay delito o no porque eso le corresponde a la justicia, que me gustaría que termine con esto de una vez por todas".
Finalmente, comienza a develarse la trma que se esconde detrás del "caso Zaffaroni". Hace días que desde Currín On Line venimos sosteniendo que era cuestión de tiempo; que la duda no era si iban a atacar a Zaffaroni, sino cuándo lo iban a hacer.
Y la postura -conocida- de Zaffaroni sobre la Ley de Medios es ni más ni menos que el motor que impulsa esta operación deleznable.
Y como cada vez que tratamos el tema, reiteramos nuestro apoyo y nuestra solidaridad con el SEÑOR juez Eugenio Zaffaroni.
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