Desde que terminó el discurso, el único título que se mantiene, inamovible, en la parte alta y a la izquierda de su portal es: “La presidenta insistió en que bajó el delito en el país”. Un título indignado que busca la complicidad de los ya indignados.
La Nación, más profesional en el desarrollo de una línea editorial claramente opositora, destaca el título de mayor impacto político: “¿Alguien me ha escuchado decir que voy a ir a la reelección en 2011? Que no se hagan los rulos”. Y abajo divide en subtítulos el resto de los anuncios y conceptos del discurso: “Leyes”, “Economía” y hasta “Seguridad”, donde detalla que “buscarán incrementar la presencia policial en las calles”.
Clarín -obstinado, adolescente, siempre a la pesca de la tan anhelada polémica- prioriza el camino fácil de enfocar la inseguridad con tono moral.
Clarín -obstinado, adolescente, siempre a la pesca de la tan anhelada polémica- prioriza el camino fácil de enfocar la inseguridad con tono moral.
Y por si hiciera falta, agrega una encuesta: “¿Está de acuerdo con la Presidenta que bajó la inseguridad?”. Si o no, consulta.
Rompe así, con el único objetivo que, se supone, tiene la herramienta sociológica de las encuestas: conocer más y mejor a la sociedad.
Por el contexto, por las opciones dicotómicas y por la burda demagogia de la pregunta que confunde estadística y mirada individual, el pasquín de la calle Piedras busca refrendar un resultado. No quiere saber más; quiere que le den la razón.
Y de tan previsible en su estrategia, no consigue sus resultados soñados, sus cifras ideales. Hasta las 15:30 de ayer, el resultado no era de 90% contra 10%, ni 80% contra 20%. Era el más inesperado de 67% por el sí, contra 33% por el no.
Clarín; si seguís así, ni para envolver los huevos vas a servir.
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