Se lo confirmó a su equipo. El lanzamiento formal de la candidatura será entre marzo y abril. Buscará votos entre los independientes, pero no descarta una alianza con el Peronismo Federal. En la Ciudad , impulsa a Michetti o a Larreta.
Mauricio Macri quiere ser presidente a partir de diciembre de este año, lo cual -si se tienen en cuenta las posibilidades de cumplimiento de ese deseo- equivale a querer ser astronauta o goleador del Barcelona F.C.
Luego de dudar sobre si se presentaría para perder las elecciones presidenciales o si se presentaría para perder la reelección como jefe de gobierno, finalmente se decidió e irá por el fracaso mayor. Lo confirmó el martes: “Soy precandidato presidencial”, dijo; una declaración que ya ha hecho en otras oportunidades, pero a la que ahora, según él mismo admitió, le puso más énfasis: “Estoy recorriendo el país hace ocho meses (nota de la redacción: excepto la Ciudad de Buenos Aires al parecer). Voy a terminar de definir mi candidatura una vez que el Gobierno reglamente la ley de internas y siempre y cuando en el PRO haya consenso”. Lo segundo está descartado: va a pasar. Lo primero no depende de él pero sólo le importa para definir su estrategia y no para modificar su decisión -ya tomada- de disputar los comicios presidenciales.
Macri reunió ayer a su Gabinete en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) y después dio una conferenciad de prensa: “Mi vocación es impulsar una propuesta a nivel nacional”, anunció. Después reconoció su intención de postularse para perder la elección a presidente: “Yo ya venía diciendo que era pelot... perdón, precandidato presidencial, pero esta vez le puse más énfasis a mis palabra: se nota que estaba contento”.
Durante la mañana, tras reunirse con sus ministros, Macri había dado otra señal de que el operativo por la presidencia ya está corriendo. Dijo que la candidatura de PRO para la jefatura porteña se definirá entre la diputada Gabriela Michetti y el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad , Horacio Rodríguez Larreta. Aunque todavía no lo descartó de manera pública, Macri ya no aspira a la reelección. Va por la presidencia. Ayer estaba eufórico: “El ciclo del gobierno de Cristina está terminado”.
El jefe de gobierno porteño se reunió el lunes con sus principales asesores de campaña en las oficinas del Centro de Información y Formación Ambiental (CIFA), una costumbre semanal. Es en esos almuerzos de trabajo donde se avanza en el armado electoral de la candidatura presidencial de Macri; aunque llama poderosamente la atención ver las palabras "trabajo" y "Macri" concatenadas en una misma frase.
En los próximos días, los jefes de PRO empezarán a trabajar en una gran encuesta a nivel nacional para medir imagen de los precandidatos presidenciales, intención de voto, y también los diferentes escenarios electorales. El inoperante titular del ejecutivo porteño está convencido de que la tierra es plana, de que Papà Noel existe y de que Cristina Kirchner no puede ganar en primera vuelta y que él será un seguro vencedor del balotaje: “La gente que no la vota en la primera vuelta a ella, que va a ser mucha, me va a votar a mí”.
Macri trabajará para conseguir el voto del infradotado independiente. Cree que en ese sector de la sociedad es donde su candidatura puede impactar con mayor fuerza. Es por eso que se resiste a una alianza con el Peronismo Federal: no quiere que se lo identifique como un candidato del peronismo opositor.
Los dirigentes de ese espacio ya lo tentaron para que se les sume, e incluso le propusieron que compita en ese espacio en las internas de agosto. Macri, por ahora, esquiva las definiciones, del mismo modo en que esquiva sus responsabilidades como jefe de gobierno: “No la veo”, responde cuando se le pregunta sobre el tema, aunque no cierra del todo la opción de concretar un pacto con Eduardo Duhalde: “Hay mucho respeto por lo que está haciendo el Peronismo Federal, intentando unificar la conducción en una candidatura. Ellos están definiendo una interna, según leí en los diarios. Yo tengo muchos amigos ahí, con una larga relación, pero es un espacio separado, diferente al de PRO”.
Si le dieran a elegir, Macri preferiría ser ungido candidato por un Congreso del PRO una vez que se defina si efectivamente habrá o no internas abiertas y obligatorias. ¿Y si eso pasara? Macri no tendría rival en las primarias de su partido, igual que otros precandidatos de la oposición, por ejemplo, Elisa Carrió, de la Coalición Cívica ; o Fernando “Pino” Solanas, de Proyecto Sur.
Macri está lanzado. Quiere ocupar su actual cargo solo hasta fin de año. A partir del 2012 le gustaría ver la Jefatura de Gobierno porteña desde un edificio que está a una cuadra: la Casa Rosada.
Aníbal Fernández, jefe de Gabinete del gobierno nacional y agudo observador de la política vernácula, enterado de este deseo de Macri, se comunicó inmediatamente con él y le manifestó: “Mauricio, hubieras empezado por ahí. Si lo que te gustaría es ver la Jefatura de Gobierno porteña desde la Casa Rosada , los sábados y domingos, de 10 a 18 hs., hay acceso libre al público para realizar visitas. No sé si el balcón está habilitado para esas visitas, pero llegado el caso y tratándose de vos, podemos hacer una excepción, para que, al menos por un ratito, sepas lo lindo que sería ser “el señor de acá enfrente”.
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