EL EX MINISTRO ASUMIÓ LA DEFENSA DE LA PROCURADORA, PERO TAMBIÉN LA AYUDARÍA EN EL CONGRESO. LOS ESCENARIOS.
El régimen macrifascista aprovechará un triunfo electoral en la provincia de Buenos Aires para volver a la carga contra la procuradora Alejandra Gils Carbó, quien estaría analizando dar un paso al costado si finalmente resulta procesada por la compra irregular de un edificio. Para reemplazarla, en el Congreso volvió a sonar el nombre de Margarita Stolbizer.
La causa contra la Procuradora la tramita el juzgado de Julián Ercolini y esta semana asumió su defensa León Arslanián, dueño de uno de los buffets de abogados más costosos del país.
"Le va a ser más barato ir presa", bromeaban varios legisladores. En ámbitos judiciales aseguraban que Arslanián no llegó sólo la misión de ir al despacho de Ercolini sino también de hablar con diputados para frenar a un juicio político.
Tiene sus contactos: conoce a la UCR por su participación en el juicio contra las juntas militares y a todos los sectores del peronismo, que le dejó su paso como ministro de Justicia de la Nación, durante la presidencia interina de Eduardo Duhalde y de Seguridad bonaerense, durante la gestión de Felipe Solá.
Sólo el Congreso puede echar Gils Carbó, mediante un juicio político que requiere dos terceras partes del apoyo de cada Cámara, una cifra inalcanzable por la alianza de derecha Cambiemos.
Nunca fue un obstáculo para avanzar: hasta mediados del año pasado, la idea era iniciar el proceso y exponer a los opositores dispuestos a defenderla, pero quedó desechada cuando Elisa Carrió sumó un pedido para llevar al banquillo a Ricardo Lorenzetti. Convocar a la Comisión era hablar de los dos temas.
Curioso: la chaqueña tiene dos pedidos de juicio político contra Gils Carbó, uno por su rol en la causa contra Papel Prensa y otro por la causa sobre la compra de un edificio. Pero por causas que nadie supo dilucidar el año pasado entorpeció cualquier intento por desplazarla, como cuando frenó la ley del ministerio público que le cortaba el mandato.
Para no discutir con la desquiciada, Macri cambió de estrategia y activó la bicameral de seguimiento del Ministerio Público, donde este año desfilaron fiscales enemigos de la procuradora para denunciarla por nombramientos irregulares.
Por este tema descansa otro pedido de juicio político contra la procuradora, presentado por la infornicable Laura Alonso, poco antes de abandonar su banca y asumir como presidente de la Oficina Anticorrupción (OA).
Gils Carbó quería ir a defenderse pero Cambiemos presionó para posponer su visita, a la espera de un procesamiento judicial. Esta semana Graciela Camaño, presidenta de la bicameral, denunció que Emilio Monzó le había desfinanciado la comisión para que no investigara. El presidente de la Cámara dijo que los recursos ya los tenía de antes.
En la justicia la imaginan afuera. Detectaron que no pelea como antes por nombramientos y ven a Arslanián como el vehículo para evitar escándalos políticos. Nadie descarta que pueda hacer un intento por reunir los votos para salvarla, pero con un procesamiento a cuestas no será tan fácil.
La variable Stolbizer
Margarita Stolbizer volvió a sonar en los pasillos del Congreso como una presunta candidata del Gobierno para procuradora general si consiguen desplazar a Gils Carbó.
Su nombre se escuchó el año pasado como jueza de la Corte, cuando su alianza con Sergio Massa estaba en ciernes y no terminaba de acerarse a la alianza de derecha Cambiemos, como sí hicieron legisladores nacionales y provinciales que la acompañaron hasta 2015 y esperaban verla al menos en alguna función diplomática. No ocurrió.
Abogada de profesión, Stolbizer abandonará el Congreso en diciembre sin rumbo definido y tras una derrota electoral que apunta a ser dura. Si se insertara en el régimen, el régimen macrifascista le haría pagar dos veces a Massa su fallida sociedad.
En el Senado, donde más se escuchó el rumor de Margarita, se preparan para resistir y pedir un procurador cercano al peronismo, clave para los dos tercios.
Pero algunas fuentes de esa bancada imaginan que a una furia inicial pueda seguir una negociación por los cargos pendientes a cubrir, como el directorio del Banco Central o decenas de vacantes judiciales por todo el país.
"El Procurador sale por dos tercios, pero lo elige el presidente. Los jueces no siempre", explican y recuerdan los nombramientos pendientes en la Defensoría del Pueblo y Procuraduría penitenciaria, que deben priorizar a la oposición; o sea, al PJ.
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