viernes, 29 de abril de 2016

Se acabó el noviazgo entre Macri y Pichetto y hay clima de guerra entre Macri y los senadores peronistas por la ley antidespidos

“PICHETTO DICE UNA COSA Y HACE OTRA”, ACUSÓ EL EX HIJASTRO DE FLAVIA PALMIERO. "SE APROBÓ CON DOS TERCIOS", LE RECORDÓ EL SENADOR.

Mugrizio Macri rompió definitivamente su relación con los senadores peronistas, que dominan la Cámara alta y que antes de ayer se unieron al resto de la oposición para aprobar la ley para suspender despidos que rechaza el presidente.

Lejos de acercar posiciones, Macri no controló su furia ayer tarde ante las cámaras, durante la presentación de un plan de viviendas en Ezeiza. "El senador Pichetto me dijo que esta ley para frenar despidos se había aplicado en la época de Duhalde y fracasó, así que no entiendo. Senador Pichetto, ¿ porque dice una cosa y hace otra?", lo cruzó.

“Si se aprueba la ley que establece la doble indemnización que ayer votó el Senado se van a destruir muchísimos empleos", amenazó el pelotudo. La respuesta del rionegrino no tardó en llegar. "Nunca dije que la ley similar, que aprobamos durante el gobierno de Eduardo Duhalde, haya sido mala o no haya servido, sino que era una coyuntura más dramática y compleja que la actual, y que fue un remedio imprescindible y necesario para aquél momento", aclaró.

"El actual momento no tiene aquella gravedad, pero, precisamente, ante los primeros síntomas de la destrucción del empleo que se verifica hoy, esta ley apunta a evitar llegar a situaciones de esa complejidad", completó el traidor.

"La Emergencia Ocupacional en el Senado tuvo un resultado de más de los dos tercios de los votos", le recordó Pichetto a Macri, al tiempo que señaló que "yo no soy el dueño del Senado sino que ayer hubo una decisión mayoritaria del conjunto del arco político argentino que con su decisión acompaña el reclamo de los trabajadores. Los sindicatos avisaron. No es que sacamos una ley imprevista. Los sindicatos fueron a la Cámara de Diputados, vinieron al Senado. Se reunieron con el gobierno y la respuesta no fue la adecuada"

"En vez de confrontar y anunciar futuros vetos, debería haber transitado el camino del consenso, de acuerdo económico y social entre empresarios y sindicatos. Precisamente debería haber buscado el camino del diálogo que fue una de las líneas constantes del discurso electoral que tuvo el año pasado el Presidente", culminó Pichetto. 

El cruce estropeó más la relación de Macri con los senadores que le permitieron tener a tiempo la ley para acordar con los fondos buitre, pero que el miércoles dejaron claro que no se dejarán marcar la agenda.

Pichetto se lo había aclarado a Federico Pinedo y a Ángel Rozas el martes, cuando intentaron persuadirlo de demorar la ley antidespidos. Ese mismo día, el rionegrino junto a 4 senadores más pidió la sesión especial y el resultado de antes de ayer fue lapidario.

Tampoco sirvió la reunión del martes anterior entre Rogelio Frigerio, Pichetto y el formoseño José Mayans, donde los senadores le detallaron la falta de una interlocución válida entre la Casa Rosada y el Congreso. 

Pinedo no es tenido en cuenta en Casa Rosada, desde que se peleó en una reunión de Gabinete con Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, abogado y mano derecha de Macri. Rozas sobreactúa pero, como toda la UCR, sólo se acercan al ex hijastro de Flavia Palmiero cuando media Ernesto Sanz, quien suele aparecer en el Senado para hablar con él en los pasillos y a las apuradas. Y Gabriela Michetti casi no está.

“Me parece que es una cuestión de decisión política. ¡Es la política! Y yo creo que hay un prejuicio realmente muy complicado que, si no lo resuelven, van a tener problemas en la marcha del gobierno”, dijo el miércoles a la noche Pichetto, en el cierre del debate.

La fractura que ayer produjo Macri enterró, tal vez por siempre, la idea de un acuerdo entre el régimen fascista y el peronismo con varios temas como la ampliación Corte, un reclamo de los peronistas y Adolfo Rodríguez Saá para sacar del cajón los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, candidatos de Macri para el máximo tribunal.

Además, volvió a unir al FPV-PJ, que parecía fracturado tras la reunión de Cristina Kirchner con sólo la mitad de ellos. La presión a los gobernadores fue inocua, porque la mayoría ya tiene una lista de compromisos incumplidos. Tal es el caso de Juan Manzur, de Tucumán. Su antecesor, el senador Alperovich, le dio una mano al macrifascismo con varios faltazos a la Comisión de presupuesto pero el miércoles se apareció junto a su coterránea Beatriz Mirkin.

Otra sorpresa fue la del santiagueño Gerardo Zamora, quien también había dejado su silla vacía en las comisiones y desde diciembre se movió al ritmo del régimen. Menos ayer.

El formoseño Gildo Insfrán fue el más desafiante. El viernes lo recibió y le armó un escenario para que cuestione la ley antidespidos, pero el martes fue al Senado a aclarar que estaba de acuerdo.

El problema de Macri es que roto el vínculo con el Senado pueden pasar muchos más proyectos incómodos a Diputados y vetarlos siempre tendrá un costo político. Es más; si son aprobado por dos tercios, como el miércoles a la noche, el Congreso puede rechazar el veto y obligar a que se apliquen. Al hijo bobo de Franco Macri parece no importarle y se conforma con dar el debate público.

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