Desde ayer a la mañana son juzgados 68 acusados de haber cometido 798 secuestros, torturas y homicidios. Es el tercer juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada, el mayor de todos los realizados hasta ahora.
Entre los imputados, llegan por primera vez a juicio ocho aviadores navales y de la Prefectura acusados por los “vuelos de la muerte” en los que se arrojaba prisioneros vivos al mar o al Rio de la Plata para convertirlos en desaparecidos.
Ellos son: Julio Poch, Emir Sisul Hess, Enrique de Saint George, Miguel García Velazco, Domingo D’Agostino, Ricardo Ormello, Miguel Clement y Mario Arrú.
En tanto, los ex marinos Alfredo Astiz, Eduardo “El Tigre” Acosta, y demás integrantes del grupo de tareas 3.3.2., dieciseis de los cuales ya fueron condenados en octubre de 2010, deberán responder ahora por nuevos crímenes aún no juzgados, como el secuestro y desaparición de la adolescente sueca Dagmar Hagelin.
También ayer debieron escuchar las acusaciones, el ex secretario de Hacienda de la dictadura Juan Alemann, imputado de haber presenciado el interrogatorio bajo torturas a Orlando Ruiz, a quien se sindicaba de haber participado de un atentado en su contra y que permanece desaparecido, es uno de los dos civiles enjuiciados, junto al abogado Gonzalo Torres de Tolosa.
La "patota de la ESMA" deberá responder también por haber arrojado al mar hace casi 35 años al grupo fundador de las Madres de Plaza de Mayo, junto a las religiosas francesas que las ayudaban, Alice Domon y Léonie Duquet.
Sus cuerpos fueron devueltos a las costas y tras permanecer durante décadas como NN fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense y enterrados en la porteña Iglesia de la Santa Cruz, donde fueron secuestradas.
Para que escucharan cada uno de los casos y acusaciones a los que se dedicarán las primeras jornadas del juicio, el Tribunal Oral Federal 3 destinó toda la planta baja del auditorio Amia de los Tribunales Federales de Comodoro Py 2002, a sentar a 67 imputados presentes junto a sus abogados.
Muy cerca el tribunal, se ubicó a un minúsculo grupo de familiares de los represores encabezados por Cecilia Pando -quien recibió a Astiz con aplausos-, mientras un centenar víctimas y familiares se ubicaron en la bandeja superior y en el salón de usos múltiples del subsuelo.
Los periodistas quedaron imposibilitados de ingresar a la sala de audiencias a excepción de medio centenar de reporteros gráficos que tuvieron 15 minutos para hacer las fotos de los acusados de crímenes cometidos hace más de tres décadas pero aún impunes.
La ESMA, ubicada en el borde noreste de la Capital Federal y hoy convertida en Espacio para la Memoria, fue el mayor centro de detención clandestina administrado por la marina durante la última dictadura en la que se estima que pasaron unas 5.000 víctimas y nacieron bebés en cautiverio.
El primer juicio de la ESMA, contra el prefecto Héctor Febres, quedó inconcluso por su muerte con cianuro dentro de su celda el 10 de diciembre del 2007 y el segundo, en 2009, por sólo 85 casos, terminó con la primera condena judicial a algunos de los represores más conocidos del período del terrorismo de Estado.
Para un futuro juicio quedará los denominados delitos económicos de las ESMA, el operativo de despojo de bienes a los prisioneros con casos emblemáticos como el desapoderamiento de tierras en Chacras de Coria a la familia Cerruti.
Se estima que este juicio durará 24 meses, durante los cuales declararán 830 testigos antes los jueces Daniel Obligado, Leopoldo Bruglia y Adriana Palliotti, con la fiscalía de Eduardo Friele.
¡¡¡MEMORIA, VERDAD Y JUTICIA!!!
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