Propietarios de comercios en el barrio de Belgrano sufrieron pérdidas luego de la tormenta y mostraron su escepticismo por una respuesta por parte de las autoridades de la Ciudad. “No me voy a mover un milímetro porque ya se lo que va a pasar: nada”, indicó una comerciante.
Los comerciantes de Belgrano, que habitualmente sufren inundaciones tras fuertes tormentas, mostraron su escepticismo de que las autoridades porteñas les den apoyo ante las pérdidas.
En ese sentido, Marcos, dueño de la sedería Robert, sobre la avenida Cabildo, aseguró: "No espero nada. La última vez hice los trámites ante el gobierno porteño y me dieron 200 pesos, que claramente no alcanzaban a cubrir nada".
El comerciante, que ante el desastre prácticamente regala las telas ahora tiradas por el piso del local y de la vereda, aseguró que “se inunda cada vez que llueve un poco de más, y esta vez fue peor que la tormenta de enero" y agregó que “es difícil hacer un cálculo de las pérdidas".
En la misma línea, Luli, que atiende desde hace más de 40 años un local de objetos y ropa "vintage" en la galería Marga de Cabildo al 2.300, sufrió la inundación del sótano y aseguró que “no me voy a mover un milímetro porque ya se lo que va a pasar: nada. Nunca han hecho nada las autoridades".
"Las paredes están secas, pero en realidad hay filtraciones por todos lados, y eso empezó con el subte. Por eso la mercadería de tela se empieza a humedecer y arruinar", contó.
La comerciante explicó que "es peor la ropa húmeda porque si no te das cuenta y no la sacás, moja a las prendas secas. Y para hacer todo ese trabajo necesito más personal".
En tanto, el dueño de una zapatería ubicada en la avenida Cabildo y Blanco Encalada expresó que "perdí todo lo que estaba en la parte de adelante del local, pero esto ya es moneda corriente".
Hacen bien los comerciantes de Belgrano en no esperar respuestas de un gobierno que nunca da respuestas ni se hace cargo de los problemas.
Por otra parte, teniendo en cuenta que Belgrano es uno de los barrios "caceroleros" por exelencia, no sería de extrañar que unos cuantos vecinos le echen la culpa a la dictadura K.
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