Durante el acto de apertura del período legislativo, la Presidenta agradeció al juez español Balzar Garzón, quien estuvo sentado en los palcos entre Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini, por “su rol en la defensa de los derechos humanos” y consideró que su enjuiciamiento en los tribunales ibéricos por impulsar una investigación de la dictadura franquista fue “una afrenta a la justicia universal”.
Al mencionar su presencia, Cristina Kirchner se refirió al magistrado como el juez “que pusiera preso a Scilingo, el de los vuelos de la muerte” y que también procesara al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet. En este sentido, criticó a quienes sentaron a Garzón en el banquillo por obrar con el criterio de que, en materia de derechos humanos, un juez europeo sólo puede “ocuparse solamente” de los dictadores de “republiquetas” y no de los que hubo en sus propios países.
“Pareciera que su juzgamiento por haber intentado develar la tragedia del franquismo es una afrenta para la justicia universal (…) Quiero reconocerle su rol en la defensa de los derechos humanos, que para nosotros es uno de nuestros puntales y de las políticas de nuestro país”, remarcó la mandataria.
El mes pasado, el Tribunal Supremo español lo inhabilitó para ejercer como juez por 11 años tras condenarlo por "prevaricato", por lo que prácticamente lo expulsó de la carrera judicial porque dentro de ese plazo Garzón ya tendrá edad para jubilarse. Luego, lo absolvió de una acusación que le endilgaba "irregularidades" en su decisión por investigar la Guerra Civil y los crímenes del franquismo.
Un justo reconocimiento para un hombre que honra a la justicia.
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