La ex conductora de televisión participó de la entrega de premios María Guerrero en el Teatro Nacional Cervantes pero un detalle se le escapó. La abuela de la polémica actriz insultó a un periodista y acusó a los organizadores del evento de no controlar a los cronistas.
Ya estaba todo listo para que en el Teatro Cervantes se lleve a cabo la entrega de Premios María Guerrero sin mayores complicaciones; sin embargo un exabrupto ocasionado por la ex conductora de televisión Mirtha Legrand complicó el inicio de la ceremonia.
Lo que ocurrió no fue otra cosa que lo que la mayoría del público temía. Era sabido que en algún momento Legrand no iba a soportar la presión constante de tener que declarar que está todo bien en su familia y se le iba a escapar una mueca de ingratitud. Exactamente eso fue lo que pasó cuando llegó al evento.
La conductora que arribó al teatro vestida impecable de azul y con una sonrisa poco natural se disponía a entrar al lugar para recibir un galardón cuando en la puerta se encontró con los noteros que estaban al acecho y a la espera de nuevas declaraciones suyas sobre su nieta.
Un cronista de CQC intentó preguntarle sobre Juanita, pero la sola mención del nombre valió para que Mirtha se moleste y siga caminando. Atrás suyo un colaborador intentaba controlar la situación. "Pregúntenle por su carrera, no por su vida personal", presionaba.
Por estas palabras los cronistas decidieron cuestionarla sobre su regreso a la televisión, momento que le sirvió a Mirtha para hacerse la misteriosa una vez más. Sobre su vida personal solo dijo que es un momento difícil y opinó que Gonzalo Valenzuela es una "exceltente persona".
Pero en un momento llegaría la pregunta que tanto enfureció a la conductora. El notero de CQC le preguntó cómo ve a un economista como yerno (por Martín Lousteau), a lo que ella respondió: "Basta, no seas insolente. No sea grosero con la pregunta, no insista con eso porque me retiro".
Más tarde, desde la organización del evento, le aseguraron a Legrand que los noteros del programa que conduce Ernestina País habían quedado afuera de la sala. Sin embargo a la conductora no le alcanzó y se descargó: "me mentiste y ahora me las vas a pagar", le dijo cargada de furia a una de las responsables de la organización del Premio María Guerrero.
Lo que ocurrió no fue otra cosa que lo que la mayoría del público temía. Era sabido que en algún momento Legrand no iba a soportar la presión constante de tener que declarar que está todo bien en su familia y se le iba a escapar una mueca de ingratitud. Exactamente eso fue lo que pasó cuando llegó al evento.
La conductora que arribó al teatro vestida impecable de azul y con una sonrisa poco natural se disponía a entrar al lugar para recibir un galardón cuando en la puerta se encontró con los noteros que estaban al acecho y a la espera de nuevas declaraciones suyas sobre su nieta.
Un cronista de CQC intentó preguntarle sobre Juanita, pero la sola mención del nombre valió para que Mirtha se moleste y siga caminando. Atrás suyo un colaborador intentaba controlar la situación. "Pregúntenle por su carrera, no por su vida personal", presionaba.
Por estas palabras los cronistas decidieron cuestionarla sobre su regreso a la televisión, momento que le sirvió a Mirtha para hacerse la misteriosa una vez más. Sobre su vida personal solo dijo que es un momento difícil y opinó que Gonzalo Valenzuela es una "exceltente persona".
Pero en un momento llegaría la pregunta que tanto enfureció a la conductora. El notero de CQC le preguntó cómo ve a un economista como yerno (por Martín Lousteau), a lo que ella respondió: "Basta, no seas insolente. No sea grosero con la pregunta, no insista con eso porque me retiro".
Más tarde, desde la organización del evento, le aseguraron a Legrand que los noteros del programa que conduce Ernestina País habían quedado afuera de la sala. Sin embargo a la conductora no le alcanzó y se descargó: "me mentiste y ahora me las vas a pagar", le dijo cargada de furia a una de las responsables de la organización del Premio María Guerrero.
Señora Legrad: ni los periodistas ni los organizadores de la entrega del premio María Guerrero tienen la culpa de que su nieta sea tan trola y más fácil que la tabla del uno con calculadora.
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