El dirigente de CRA, alineado con la Sociedad Rural en el ala más conservadora del agro nacional, aseguró que “acá nos quieren destruir para poner un proyecto que va en contra de todo lo que defendemos”. También criticó a la justicia.
La arenga de Mario Llambías en un acto de la derechista Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), en la ciudad bonaerense de Junín, marca un preocupante giro ascendente en la intolerancia que caracteriza a esa agrupación y a su entidad madre, las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
Porque no se trata sólo de frases con peso propio y que retrotraen al momento en que CRA y Carbap estaban conspirando contra el gobierno democrático de Isabel Martínez de Perón, sino que, además, el momento y el lugar son datos destacados de la intención política de Llambías.
Llambías apeló a aseveraciones tales como que “hay muchos -en clara alusión al gobierno- que quieren remplazar nuestra bandera nacional por un sucio trapo rojo”, a la vez que pidió trabajar para cambiar el gobierno nacional “en estos próximos seis o siete meses, ya que muchas oportunidades no nos quedan para hacerle entender a la gente”.
Llambías apeló a aseveraciones tales como que “hay muchos -en clara alusión al gobierno- que quieren remplazar nuestra bandera nacional por un sucio trapo rojo”, a la vez que pidió trabajar para cambiar el gobierno nacional “en estos próximos seis o siete meses, ya que muchas oportunidades no nos quedan para hacerle entender a la gente”.
Gracias a Dios, no todo está perdido en este bendito país. Todavía nos queda Mario Llambías, para hacerle entender a la gente a quien hay que votar.
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