La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aceptó el pedido de la ex policía Carina Villarroel y su esposa Soledad Ortiz para ser la madrina de su beba Umma, quien será bautizada mañana en la Catedral de Córdoba por el párroco Carlos Varas.
"Estamos muy felices de poder bautizar a nuestra hija, que además va a tener una madrina de lujo como es nuestra Presidenta. Estamos en los últimos detalles para la celebración del bautismo de Umma Azul", contó a Télam Villaroel, cuya beba nació el 27 de enero de de este año.
La mujer, que fue cesanteada de la policía el pasado 25 de marzo tras negársele una licencia por maternidad, explicó que "para nosotras es algo muy importante el bautismo y si bien mi esposa y yo no somos católicas practicantes, consideramos que nuestra hija merece ser bautizada".
En este sentido, reivindicó el hecho de que "la Iglesia haya aceptado bautizar" a su hija porque "significa que hay un cambio social a partir de la sanción de la ley del matrimonio igualitario".
"Por eso le pedimos a la Presidenta que sea la madrina de Umma, porque es una manera de decirle gracias a ella y al ex presidente Néstor Kirchner por esa ley que nos dio derechos", añadió.
El bautismo de Umma es el primer caso de madrinazgo presidencial por fuera del decreto del séptimo hijo y en la ceremonia, que se concretará hoy a las 10:30 en la Catedral cordobesa, Cristina estará representada por la edecán naval Claudia Fenocchio.
"Este bautismo es el único caso por fuera del decreto de madrinazgo presidencial que autoriza la figura para todos los séptimos hijos varones y mujeres", informó Nancy Esteche, directora del área de Madrinazgo presidencial.
Desde que asumió como Presidenta, Cristina se convirtió en madrina de 400 niños y niñas, y se prevé que para fin de año el total de bautismos alcance la cifra de 591, por el decreto 1416/09, que incluyó a las séptimas hijas mujeres, al modificar la norma anterior, que incluía sólo a varones.
César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) destacó "esta decisión de la Presidenta de la Nación, de ser la madrina de Umma, porque estos actos son los que nos ayudan en nuestra lucha para enfrentar la discriminación por orientación sexual, expresión e identidad de género".
Señaló también que "es también un nuevo motivo para recordar el premio dado el año pasado a Cristina Fernández de Kirchner por la International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA) por los logros y el trabajo en pos de los derechos y la igualdad de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex".
En tanto, el vicario de la Pastoral Villera de Buenos Aires, Gustavo Carrara, destacó que "el Papa Francisco expresó hace unos días que la Iglesia no puede ser una aduana de la fe; esa es el espíritu evangélico: el de una iglesia cuya misión es recibir a todos con misericordia y bondad".
"Jesús invita a entrar al camino de la fe a todos y sobre todos a los niños", explicó el sacerdote y dijo "no poder asegurar cuántos de estos niños fueron bautizados" pero sugirió no tomarlo como una novedad. "No creo que lo sea. De todas maneras, aunque antes no se hubiera hecho o alguien no lo hubiera permitido, nunca una iglesia más abierta va en contra del espíritu del Evangelio".
Carrara recordó que "el bautismo no compromete sólo a los padres y padrinos a cuidar la fe de ese niño sino que es toda la comunidad cristiana la que se ofrece a cuidarlo a través de la educación, la escuela, el deporte, y todo lo que pueda ayudar a ese niño a crecer en la fe".
Para Nicolás Alessio, quien fue apartado de su función sacerdotal en 2013 por sus declaraciones en favor del matrimonio igualitario en Córdoba, "el bautismo es un sacramento que no se le niega a nadie, por eso no se trató de una actitud benevolente del arzobispo Carlos Ñañez".
Alessio, que sigue llevando adelante casamientos y bautismos, aclaró que éste "no es el primer caso" ya que él realizó "dos bautismos de niños de matrimonios del mismo sexo, sólo que no tuvieron tanta repercusión pública".
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