La movilización del 13 de septiembre y las apariciones públicas de los organizadores del evento generaron rispideces. Por ende, una de las consignas de cara al próximo cacerolazo es no hablar con la prensa: "Hasta el 9 de noviembre nadie da notas". Las curiosas instrucciones.
A poco menos de tres semanas del próximo cacerolazo contra el gobierno, que los organizadores en las redes sociales denominan 8N, comenzaron a aparecer las internas y los problemas de comunicación dentro de las agrupaciones anti-K. Según publicó ayer el diario Página/12, luego de la masiva movilización del 13 de septiembre florecieron las acusaciones cruzadas y se hicieron visibles las diferentes posturas.
“Algunos administradores de páginas acudieron en persona a programas de TV y brindaron notas a medios escritos, exponiéndose como referentes de una organización que, precisamente, carece de referentes válidos. También llegaron, incluso, a arrogarse la potestad de la idea y organización de eventos cayendo ingenuamente en la celada que esos mismos medios les tendieron: ponerles rostros, nombres y apellidos a las marchas”, señala una solicitada que algunos grupos de Facebook publicaron en un portal digital.
Los destinatarios eran Marcelo Morán y Mariana Torres, administradores del site El Anti K, y Yamil Santoro, un militante del Partido Liberal Libertario devenido en personaje mediático por concurrir desnudo al último cacerolazo. Los firmantes los califican de “figuretis” y los acusan de "buscar cargos políticos", según consigna el matutino.
Torres, enojada, contestó desde su propia web: “¡Varios administradores de esas páginas sí las tienen! ¡Lo ocultan! ¡Nuestra página se mantuvo apartidaria en las últimas elecciones y muchos de los firmantes de la solicitada no pueden decir lo mismo! Siempre di la cara y no me escondo atrás de perfiles falsos como otros”.
Las principales divisiones giran en torno a la pertenencia política de los caceroleros. Mientras algunos se definen como "apolíticos", otros no ocultan su simpatía con el radicalismo, el PRO o el partido Unión Por Todos de Patricia Bullrich Luro Pueyrredón.
Otro gran debate interno recae en la postura frente al diario Clarín. Mientras algunos son clarinistas acérrimos, otros optan por tomar una postura "neutral". "Incluso, entre los comentarios en las redes sociales pueden leerse mensajes en los que algunos caceroleros acusan a otros de recibir dinero a cambio de su actividad política", señala Página/12.
Por estas diferencias es que, de cara al 8N, piden no hablar con la prensa. “Expresate con carteles. No hables con la prensa”, recomiendan, argumentando que existe la posibilidad de que "los medios oficialistas desvirtúen los reclamos válidos a partir de los que manifiestan los ciudadanos que acudan a la Plaza”.
En cuanto a las apariciones mediáticas, el mensaje es claro. “Hasta el 9-N nadie da notas”, respondió una de las agrupaciones ante la consulta del matutino. Lo mismo contestaron, invariablemente, todos los demás que fueron contactados, con una sola excepción. Algo similar sucedió cuando nuestros amigos de INFOnews intentaron contactarse con estas agrupaciones, el pasado 2 de octubre.
Otra curiosa recomendación es la de llevar una remera blanca y pantalón oscuro o jean, para evitar ser caracterizados por la vestimenta, algo que llamó la atención en las primera convocatorias, a las que algunas personas concurrieron con tapados de piel, traje y corbata, habanos, sombreros y hasta palos de hockey.
¿No eran cacerolazos "espontáneos"?
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