Desde 2004 el líder del PRO mantiene relación con la multinacional experta en el salvataje de gobiernos y grupos empresarios involucrados en casos de corrupción, violaciones a los Derechos Humanos y desastres ecológicos.
Por el costado de su campaña publicitaria oficial, golpeada en varias oportunidades luego de haberse descubierto casos de plagio, spots televisivos con gente que no había consentido su participación, encuestas telefónicas tramposas y denuncias por el uso de fondos del Estado porteño para fogonear su candidatura a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; el hijo bobo de Franco Macri buscó levantar la imagen recurriendo a viejos conocidos.
Desde hace varios meses escucha consejos de gurúes pertenecientes a Burson Marsteller (BM), la multinacional de comunicación y operaciones de prensa que Jorge Videla contrató en 1978 para mentirle al mundo e instalar que los miles de asesinatos y desapariciones de la dictadura eran parte de una campaña de desprestigio.
La corporación fue la creadora del eslogan “Los argentinos somos derechos y humanos”, asesoró a la Junta Militar en tareas de propaganda sucia, diseñó avisos en gráfica y en televisión que hablaban del “flagelo de la subversión” en una tierra de “paz y camaradería”, y trabajó junto a equipos de periodistas convertidos en voceros de los asesinos, como Enrique Romero, corresponsal de El Gráfico en Mendoza, y Reneé Salas, de la revista Gente.
El jefe del partido amarillo conoce muy bien a los lobbistas de BM, creadora hace poco tiempo en su sede de la Argentina de un departamento de capacitación para aspirantes a funcionarios públicos.
Cuando Macri era presidente de Boca Juniors, la seleccionó como agencia internacional encargada de cambiarle la cara al club, empecinado en transformarlo en una sociedad anónima. Entre otras cosas, le pidió a la empresa que organizara una licitación para conseguir sponsors dispuestos a estampar su nombre en la camiseta de los planteles de fútbol y básquet.
Y en 2007 pagó miles de dólares por sus servicios en las elecciones que lo llevaron a desembarcar por primera vez en la Ciudad.
Según trascendió en las últimas horas, los creativos de Burson Marsteller estuvieron trabajando full time en la reformulación del viejo slogan que, en su momento, hiciera las delicias de Videla, Masera y compañía.
Es por eso que, siempre de acuerdo a los trascendidos, en pocos días más, la ciudad aparecerá empapelada con carteles amarillo patito con el nuevo slogan del PRO, de cara al ballotage: "el 47% de los porteños, son derechos y humanos".
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