Artemio López analiza los parámetros de un informe sobre el crecimiento de Argentina entre 2002 y 2010 y señala que el kirchnerismo desplegó el mayor ciclo antipobreza desde la recuperación democrática.
Por Artemio López *
Martín Kanenguiser en La Platea de doctrina dice: "Un informe de la CTA oficialista advirtió ayer que el modelo de crecimiento tan autoelogiado por el kirchnerismo generó buenos resultados macroeconómicos pero mantuvo malas condiciones en términos de pobreza, desigualdad, fuga de capitales y mejora del empleo".
En el informe "El nuevo patrón de crecimiento. Argentina 2002-2010", el instituto que lidera el economista Eduardo Basualdo indicó que se "desaceleró desde 2007 la mejora en la estructura distributiva, determinando la persistencia de un nivel de inequidad superior al existente a comienzos del régimen de convertibilidad".
El Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), ligado a la CTA de Hugo Yasky, publicó ayer su informe de coyuntura con un balance detallado del ciclo económico registrado tras la explosión de la convertibilidad, a fines de 2001.
En cuanto a la pobreza, Basualdo, que dirige el Departamento de Economía de Flacso-Argentina, indicó que "si bien se verificó una notoria disminución de la pobreza y la indigencia entre los años 2003 y 2006, desde el año 2007 el nivel de dichas variables disminuyó sólo levemente".
"A fines de 2010, la pobreza alcanzaba al 22,9% de la población y la indigencia al 6,1% de la misma, tras ocho años de intenso crecimiento económico", indicó la CTA, frente al 9,9% medido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para el segundo semestre de 2010.
Cabe recordar que la tasa de pobreza para el Indec era del 24,3% en 1998, antes del comienzo de la crisis que derivó en el final de la convertibilidad, en 2002, cuando saltó hasta el 54,3%, para comenzar a descender hasta 2007, cuando comenzaron las sospechas sobre la manipulación de las estadísticas públicas.
"Se produjo un estancamiento en los niveles de pobreza e indigencia que fue sólo parcialmente compensado por la implementación de la asignación universal por hijo", indicó el reporte.
El plan puesto en marcha a fines de 2009 "no se tradujo en una sensible disminución de la pobreza y la indigencia, proceso que estaría indicando que el aumento en el ritmo de variación de los precios está afectando con intensidad a los sectores de menores recursos".
También subrayó que "el incremento en el ritmo de variación de los precios condujo a una apreciación del tipo de cambio real y afectó los ingresos de los sectores de menores recursos".
Efectivamente el ciclo de baja enérgica en la pobreza e indigencia se detuvo en el año 2006 , se estancó durante el año 2007 y la carencia creció levemente en los años 2008 y 2009, impulsada fundamentalmente por la crisis finaciera internacional , el impacto sobre el crecimiento (-3% del PBI) que tuvo y el descenso del empleo que produjo (1 punto adicional de desempleo) .
En el año 2009 la pobreza había alcanzando el 30% y la indigencia el 10,1% , antes de la Asignación Universal por Hijo, para instalarse hoy en el 22,3% la pobreza y 5,7% la indigencia, tras el notable impacto que supone cubrir a 3,6 millones de menores de 18 años con un ingreso adicional equivalente a U$S96 por hogar beneficiario, el doble que el transferido por el plan "Bolsa Familia" de Brasil, hasta la AUH, considerado el emblema regional en materia de políticas sociales.
La distribución del ingreso también mejoró notablemente desde el piso inédito que la crisis del neoliberalismo construyó en 2002 , en especial creció la participación de los segmentos medios y hoy tenemos un Gini de 0,4 similar al del año 1994 y la brecha polar entre el 10% más rico y más pobre de perceptores de ingreso está ubicada en 17 veces, cuando en el año 2003 era de 31 veces, descenso impulsado por el gran impacto de ingresos sobre los deciles de la base de la pirámide de estratificación que promueve la AUH, como lo analiza el CEDLAS.
Punta a punta entonces, el kirchnerismo desplegó el mayor ciclo antipobreza (caída del 54,7% al 22,3% en la pobreza y del 27,6% al 5,7% en la indigencia) y de equidad distributiva (0,5 gini y 31 veces de brecha a 0,4 y 17 veces) desde la recuperación democrática, circunstancia que obviamente aún deja altos niveles de inequidad distributiva y carencias de ingresos por resolver, típicas privaciones de un país que fue asolado por el neoliberalismo durante un cuarto de siglo.
Con respecto a la inflación, si bien es mayor que la reportada oficialmente, no produce erosión en el poder de compra de los hogares que compensan con ingresos el aumento de precios que es alto pero estable, así lo muestran todos los estudios de opinión, donde la inflación no aparece como problema central para los hogares, a pesar del aumento de precios.
La excepción muy notable a esta regla de compensación vía aumento de los ingresos de los corrimientos de precios existentes, resultan los hogares beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo , que reciben una actualización anual(!) del monto, cargando durante once meses el deterioro del poder adquisitivo del beneficio que destinan en un 100% a garantizar el alimento.
Sin duda con este nivel de aumento de precios, en especial sobre el rubro alimentos y bebidas, debiera repensarse de manera urgente, una actualización más temprana de la AUH, al menos semestral , en línea con la actualización de jubilaciones y pensiones.
* Sociólogo, director de consultora Equis
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