El columnista de La Nazión y El Cronista y conductor de La Cornisa parece haber recuperado el horizonte de su profesión o por lo menos así lo asegura.
Luis Majul es uno de los periodistas más críticos para con el kircherismo. Desde 2003 a la fecha ha publicado varios libros pero sin duda los que más se han destacado son "El Dueño" y "Él y Ella", ambos sobre el ciclo político que vive la Argentina.
Ante cada lanzamiento de su libro, Majul denunció persecuciones oficiales; primero amenazas y luego una presión de la AFIP. Todo a través de la revista Noticias, encargada de publicitar el libro antes de su lanzamiento a través de las supuestas persecuciones para silenciar al periodista.
Al mismo tiempo, continuó escribiendo una columna en el diario La Nazión. Desde allí, como es habitual, olvidó citar fuentes y hasta se animó a realizar predicciones electorales que no acertó en ninguno de los casos.
A excepción de la venta de libros oportunos -lo que conlleva un mérito comercial-, el derrotero periodístico de Majul no fue muy exitoso. Su intento por desgastar al kirchnerismo terminó con la presidenta reelecta con un 54% de los votos.
Por eso en su última columna, Majul avisa que volverá a hacer periodismo y dice: "Ese es nuestro trabajo. Ese es nuestro rol. Informar sobre las cuestiones del poder. Analizar las cuestiones del poder. Opinar sobre las decisiones que toma el poder. Y, sin embargo, estamos a la defensiva. Discutiendo sobre la propiedad y el grado de concentración de los medios. Sobre Papel Prensa, Cablevisión y la ley de medios. Sobre si Clarín 'miente' o 'no miente'. Sobre la inhibición de los bienes de La Nazión. Perdiendo tiempo y energía para responder los ataques personales de un ejército que cobra miles de pesos por insultar a profesionales de impecable trayectoria. Aunque Cristina Fernández de Kirchner haya ganado con casi el 54% de los votos, aunque haya conseguido la aprobación de leyes dignas de elogio, aunque la oposición siga fragmentada y sin ideas, los periodistas deberíamos ignorar la provocación oficial, volver a las fuentes y no perder de vista nuestro objetivo: mostrar lo que intenta ocultar el poder".
"Informar sobre las cuestiones del poder", asegura Majul y da por hecho que el mismo se encuentra "monopolizado" en el Gobierno, y no, por ejemplo, en las corporaciones para las que él trabaja. Es cierto, Luis, hay que informar sobre las cuestiones del poder, pero mirando hacia todos los lugares desde donde se ejerce el mismo.
"El plan perfecto de demolición de la prensa crítica siempre tendrá un enemigo indestructible: la propia realidad. O, para decirlo de una manera más sencilla, el peso de los hechos", agrega Majul y no equivoca su argumentación. Sería bueno que realice su autocrítica; el peso de los hechos indica que ningún periodista es, ni fue silenciado, la constante denuncia de ataques a la libertad de prensa, las incansables editoriales de medios como Clarín y La Nazión, la libertad de los periodistas de TN para criticar al Gobierno está a la vista de cualquier ciudadano que prenda la televisión o lea los diarios.
Más difícil es ver, para el común de las personas, qué es lo que las empresas periodísticas le prohiben decir a sus empleados, pero claro, esa dimensión del poder y del ataque a la libertad de expresión está oculta.
Es cierto, Luis, es hora de que los periodistas vuelvan a hacer periodismo y terminen con las operaciones para mantener los negocios de las empresas para las que trabajan.
El problema en tu caso, Luis, es que sólo se puede "volver a hacer" lo que se ha hecho antes en algún momento. Y, honestamente, no recordamos que vos hayas hecho periodismo alguna vez; salvo que le llames "hacer periodismo" a ser un lacayo servil de tus patrones.
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