El muchacho intentó contactarse con su cyberamada pero "aparece como desconectada".
Un joven de 26 años, llamado Fernando Coscia, viajó desde Berazategui hasta Olavarría para encontrarse con la mujer que le había quitado el sueño vía Facebook. Sin embargo, después de recorrer 300 kilómetros en bicicleta, no tuvo más noticias de ella, y ahora acude a los medios para encontrarla.
El enamorado es oriundo de Ranelagh, partido de Berazategui. El pasado jueves a la mañana se tomó un tren hacia Cañuelas y desde allí comenzó a pedalear hasta Olavarría, lugar donde esperaba encontrar a una mujer que conoció a través de la red social.
“Sólo paré en Saladillo porque me agarró la tormenta. Desde el viernes la estoy buscando pero no sé donde vive”, relató el joven, quien agregó que “no son muchas las personas que hacen 300 kilómetros todos los días por amor”.
El muchacho está desesperado porque no sabe donde vive la mujer que lo enamoró, y desde que llegó a la ciudad no la pudo contactar más porque “ella aparece como desconectada”.
“Es la primera vez que hago tantos kilómetros, pero pensé en ella y por eso llegué”, explicó Fernando. “Ella no sabía que venía para acá. Ahora sabe que la estaba buscando. Pero no la puedo encontrar por ningún lado”, se lamentó.
Al joven no le queda mucho tiempo para encontrarla y ya tiene el pasaje de vuelta hasta su ciudad, por este motivo recurrió a los medios. ¿La encontrará antes de perder el tren?
Honestamente, arrancamos la nota con la intención de mofarnos del ciclista enamorado. Pero al mejor estilo Lanata, nos dimos vuelta en el aire como un panqueque (con la diferencia de que la nuestra es una "panquequada" que se justifica) y al final tenemos que decir que bancamos a muerte a Fernando, porque los que hemos hecho más de una gilada por amor, lo entendemos y hacemos votos para que su amada aparezca.
Pero para la próxima, le sugerimos al amigo Coscia pedalear hasta Buenos Aires -que son muchos menos kilómetros- y sumarse a la legión de ciclistas que le gritan "estúpido" por la calle a Luis Majul. No será tan romántico, pero le aseguramos que es muy gratificante.
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