"Lloro sola y me curo sola, pero no vendría mal una caricia", dijo ayer la candidata a presidente por la Coalición Cínica, Elisa Carrió, la más complicada de cara a las elecciones del domingo 23 de octubre.
Elisa Carrió ya perdió legitimidad. Sin embargo a tres días de la celebración de las elecciones generales, la titular de la Coalición Cínica apeló a su última chance: el sentimentalismo. En una entrevista reiteró su pedido para que la población vote a sus postulantes a diputados y senadores nacionales al advertir que "lloro sola y me curo sola, pero no vendría mal una caricia".
La diputada también justificó su falta de alianzas electorales al decir que "no se pueden hacer rejuntados" porque "implicaría renunciar a los principios", pese a que muchos de los rivales de Carrió fueron aliados suyos. Sobre este punto también pidió "no votar por un hombre que parece serio y con gestión", en relación al candidato presidencial por el Frente Amplio Progresista, Hermes Binner.
Carrió continua abonando a la teoría tremendista del Pacto de Olivos II, una estrategia que hasta el momento no hizo más que quitarle votos. Para Lilita, Binner "le van a garantizar la reforma constitucional" al oficialismo para avanzar en una eventual "reelección indefinida" de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Cada vez más sola. Cada vez más desquiciada. Cada vez más cínica. Cada vez más patética. Cada vez menos votos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario