Julio Cleto Cobos vió como su sueño se desvaneció y se bajó de una candidatura presidencial a la que nunca había podido subirse. Ahora, dolido porque la UCR se inclinó por Ricardo Alfonsín como candidato, el vicepresidente criticó a su partido.
"No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió", dice Sabina en "Con la frente marchita", una canción dedicada, en parte, a Buenos Aires.
Así se debe sentir Cobos hoy, tras haber vislumbrado que acariciaba el cielo en 2008 con su voto "no positivo". El sueño se fue diluyendo un poco cada día, mientras se aferraba a un cargo que sólo le pertenecía por ley, pero no por pertenencia política ni por coincidencias programáticas con el gobierno.
"En el radicalismo, la verdad, no me sentí muy protegido. Parece que le costaba salir en defensa de Cobos", se lamentó el vicepresidente según publicó Perfil; seguramente sin darse cuenta que lo suyo es indefendible.
Cuando Cleto volvió con la cola entre las patas a la UCR, el centenario partido lo aceptó tras haberlo echado de por vida por su aventura kirchnerista. Así, el vicepresidente opositor-okupa comenzó su carrera hacia la presidencia inmerso en una aberración institucional pocas veces vista.
La opinión pública e incluso algunos personajes de la oposición le reciminaron a Cobos su mamarracho institucional, pero el mendocino hizo oídos sordos y puso todas las trabas posibles a los proyectos oficialistas en el Congreso de la Nación.
Cobos creyó que sería el candidato de la UCR apoyado en un sólo hit: su voto "no positivo". Fuera de aquello, Cleto no ofrece demasiados logros.
La UCR intentó encontrar su candidato con internas, pero Sanz, Cobos y Alfonsín no lograron articular una votación en el seno del partido, y tras la renuncia del primero de los mencionados, la UCR proclamó como candidato a "Ricardito".
Cobos montó la escena: la de bajarse de una candidatura a la que todavía no se había podido subir de ninguna forma. Entonces, despechado, apuntó contra su correligionario Sanz: "El partido del que él es el presidente ya definió un candidato, ¿no? La verdad, genera una situación un tanto incómoda. Más incómoda que la mía. No sé qué estará evaluando ahora".
Cobos está perdido en el laberinto que el mismo edificó, ladrillo tras ladrillo cada día que se aferró a un cargo que ya no le pertenecía.
Lo cierto es que la UCR se decidió por Alfonsín; Sanz es casi un desconocido para la opinión pública y Cobos carga en su mochila una traición que lo marcará a fuego el resto de su carrera política; nadie quiere un "doble agente" entre sus filas, la UCR tampoco.
Por eso, como dice la canción de Joaquín Sabina ya citada, la UCR parece haberle mandado un mensaje a Cobos: "Mándame una postal de San Telmo. Adiós, cuidaté".
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