LA EX TITULAR DE AEROLÍNEAS ARGENTINAS ROMPIÓ EL SILENCIO. CONTÓ QUE FUE DESPLAZADA POR EL MINISTRO DE TRANSPORTE Y QUE NO DEJÓ SU CARGO POR MOTIVOS PERSONALES, COMO TAMBIÉN PRETENDE AHORA INSTALAR EL RÉGIMEN CON SUSANA MALCORRA. AMBOS CASOS DEJAN EN EVIDENCIA LAS GRIETAS EN EL “MEJOR EQUIPO DE LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS”.
A horas de que el anuncio de la salida de Susana Malcorra evidenciara las fisuras del “mejor equipo de los últimos 50 años”, la ex CEO de Aerolíneas Argentinas, Isela Costantini, reveló que su apartamiento de ese cargo en diciembre pasado no fue por voluntad propia, como el macrifascismo trató entonces de que quedara escrito, sino por decisión del ministro de Transporte Guillermo Dietrich. Según dijo, a pesar de que los resultados de su gestión habían sido “muy buenos”, existían “formas muy diferentes” en la visión que ambos tenían sobre la compañía. “Fue como un choque frontal”, graficó.
“Yo no me fui”, declaró la ejecutiva cuyo alejamiento había sido anunciado por el régimen como una renuncia “por motivos personales”. Las pocas explicaciones que por entonces que se dieron sobre el tema generaron sospechas sobre la existencia de turbulencias en la primera línea de la administración de la alianza de derecha Cambiemos.
La explicación a la salida de Costantini fue la misma que ahora se dio a la de Malcorra de la Cancillería, aunque a poco de andar quedó expuesta otra cosa. "Con Peña hubo diferencias. Sí, es cierto que no siempre coincidí en cien por ciento con la Jefatura de Gabinete", admitió la propia canciller, quien será reemplazada en su cargo por Jorge Faurie.
Durante una entrevista por la señal ultraoficialista LN+, Costantini confesó que su ida “fue una decisión de mi jefe, del ministro” Dietrich y contó que a lo largo de su gestión en Aerolíneas se “generó un desgaste y un quiebre de confianza” entre ambos porque “teníamos backgrounds diferentes”. Dijo también que dejar su puesto al frente de la aerolínea de bandera “fue una sensación de dolor, de desgarro".
El desafío que ella se había puesto para Aerolíneas Argentinas, explicó, fue “sanear la empresa” y lograr que fuera “reconocida a nivel internacional, que realmente tuviera su espacio a nivel global”. Sin embargo, al parecer, en la ruta de Dietrich había otro destino. "Yo tenía una forma muy diferente a la que tenía mi jefe a la hora de enfrentar un problema, cómo manejarlo y eso genera un desgaste", agregó.
Para reemplazar a Costantini, Mugrizio Macri apeló a su agenda de empresarios amigos y designó en el cargo a Mario Dell’Acqua, un hombre de Techint que al conocer que asumiría pidió que lo “ayuden a entender” el mercado aeronáutico. “No conozco nada del mercado de una compañía aérea”, confesó. Dell’Acqua sigue al frente de la empresa y es quien se encarga del rediseño de la oferta tras la aparición de las empresas aéreas low cost, a las que el régimen dio rutas que hasta hace semanas solo explotaban Aerolíneas, Austral y Lan.
Por entonces, quienes advirtieron que Macri había echado del cargo a Costantini eran los gremios. “Costantini había dicho que si le pedían que hiciera el ajuste, se iba a ir. Pero el Gobierno le recorta el presupuesto y le abre las rutas a la competencia. Sospechamos que el ingreso de Dell'Acqua implica la política del achique que Isela no hizo”, dijo por entonces a este diario Pablo Biro, secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
Costantini reconoció ahora que no quiso “salir a hablar” antes para no generar un malestar en la administración y reveló que "la cantidad de mensajes que recibí de empleados de Aerolíneas, de ciudadanos que me agradecían por el aporte, por la gestión” fue lo que la convenció de que había llegado “el momento de hablar”.
"Fue doloroso", contó sobre su último día en Aerolíneas. “Sentí que me quedaba debiéndoles algo a todo el equipo”, señaló la ejecutiva, quien consideró que cuando estuvo en el cargo dio “todo lo que podía” y añadió que cree que "Aerolíneas es una empresa viable. Dentro de todos los logros, habíamos logrado la credibilidad".
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